domingo, 26 de septiembre de 2021

" Vida en Cristo" ( CIC 1833- 1845 )

 

                                                                 " Resumen


1833   La virtud es una disposición habitual firme para hacer el bien.

1834   Las virtudes humanas son disposiciones estables del entendimiento y de la voluntad que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra conducta según la razón y la fe. Pueden agruparse en torno a cuatro virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza.

1835   La prudencia dispone la razón práctica para discernir, en toda circunstancia, nuestro verdadero bien y elegir los medios justos para realizarlo.

1836   La justicia consiste en la constante y firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que les es debido.

1837   La fortaleza asegura, en las dificultades, la firmeza y la constancia en la práctica del bien.

1838   La templanza modera la atracción hacia los placeres sensibles y procura la moderación en el uso de los bienes creados.

1839   Las virtudes morales crecen mediante la educación, mediante actos deliberados y con el esfuerzo perseverante. La gracia divina las purifica y las eleva.

1840   Las virtudes teologales disponen a los cristianos a vivir en relación con la Santísima Trinidad. Tienen como origen, motivo y objeto, a Dios conocido por la fe, esperado y amado por El mismo.

1841   Las virtudes teologales son tres: la fe, la esperanza y la caridad. ( Cf. 1Co 13, 13). Informan y vivifican todas las virtudes morales.

1842  Por la fe creemos en Dios y creemos todo lo que El nos ha revelado y que la Santa Iglesia nos propone como objeto de fe.

1843   Por la esperanza deseamos y esperamos de Dios con una firme confianza la vida eterna y las gracias para merecerla.

1844   Por la caridad amamos a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios. Es el " vínculo de la perfección" ( Col 3, 14) y la forma de todas las virtudes.

1845   Los siete dones del Espíritu Santo concedidos a los cristianos son : sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios." ( CIC 1833-1845).

Comentario:

Con respecto a las virtudes morales, se afirma que in medio virtus. Esto significa que la virtud moral consiste en un medio entre un defecto y un exceso. In medio virtus no es una llamada a la mediocridad. La virtud no es el término medio esntre dos o más vicios, sino la rectitud de la voluntad que - como una cumbre- se opone a todos los abismos que son los vicios.

En consecuencia para vencer en la lucha ascética, ante todo hay que pedir la gracia mediante la oración y la mortificación y recibirla en los sacramentos. La unión con Cristo sólo será definitiva en el cielo. Hay que pedir a Dios la gracia de la perseverancia final: es decir, el don de morir en gracia de Dios.


domingo, 19 de septiembre de 2021

"Vida en Cristo" ( CIC 1830- 1832 )

 

                                  " III Dones y frutos del Espíritu Santo


1830   La vida moral de los cristianos está sostenida por los dones del Espíritu Santo. Estos son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu Santo.

1831   Los siete dones del Espíritu Santo son: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. Pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de David ( Cf. Is 11, 1-2). Completan y llevan a su perfección las virtudes de quienes los reciben. Hacen a los fieles dóciles para obedecer con prontitud a las inspiraciones divinas.

   Tu espíritu bueno me guíe por una tierra llana ( Sal 143, 10). Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios... Y, si son hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos de Cristo ( Rm 8, 14. 17).

1832 Los frutos del Espíritu son perfecciones que forma en nosotros el Espíritu Santo como primicias de la gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera doce: " Caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad,  bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia, castidad"( Ga 5, 22-23, vulg.)" ( CIC 1830-1832 ).

Comentario:

El don del Espíritu Santo que se nos dá con el Bautismo, primero, y después con cada uno de los sacramentos que recibimos no nos quita nuestra libertad, para amar a Dios y hacer su voluntad que es nuestra santificación, sino que perfecciona esa libertad haciéndo que ella nos sirva para alcanzar la felicidad eterna en la presencia de Dios. 

  

domingo, 12 de septiembre de 2021

" Vida en Cristo" ( CIC 1822-1829)

 

                                                                 " La caridad


1822   La caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas por El mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor a Dios.

1823   Jesús hace de la caridad el mandamiento nuevo ( Cf. Jn 13,34). Amando a los suyos  "hasta el fin " ( Jn 13, 1), manifiesta el amor del Padre que ha recibido. Amándose unos a otros, los discípulos imitan el amor de Jesús que reciben también en ellos. Por eso Jesús dice: " Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor" ( Jn 15, 9). Y también: " Este es el mandamiento mío: que os améis unos a otros como yo os he amado" ( Jn 15, 12).

1824   Fruto del Espíritu y plenitud de la ley, la caridad guarda los mandamientos de Dios y de Cristo: " Permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor" ( Jn 15, 9-10; Cf. Mt 22, 40; Rm 13, 8-10).

1825   Cristo murió por amor a nosotros cuando éramos todavía enemigos ( Cf. Rm 5, 10). El Señor nos pide que amemos como El hasta nuestros enemigos ( Cf. Mt 5, 44), que nos hagamos prójimos del más lejano ( Cf. Lc 10, 27-37), que amemos a los niños ( Cf. Mc 9, 37) y a los pobres como a El mismo ( Cf. Mt 25, 40.45).

  El apóstol san Pablo ofrece una descripción incomparable de la caridad: " La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta ( 1 Co 13, 4-7).

1826   " Si no tengo caridad- dice también el apóstol- nada soy...". Y todo lo que es privilegio, servicio, virtud misma...," si no tengo caridad, nada me aprovecha" ( 1Co 13, 1'4). La caridad es superior a todas las virtudes teologales: " Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad " ( 1Co 13, 13).

1827   El ejercicio de todas las virtudes está animado e inspirado por la caridad. Esta es" el vínculo de la perfección" ( Col 3, 14); es la forma de las virtudes; las articula y las ordena entre sí; es fuente y término de su práctica cristiana. La caridad asegura y purifica nuestra facultad humana de amar. La eleva a la perfección sobrenatural del amor divino.

1828   La práctica de la vida moral animada por la caridad da al cristiano la libertad espiritual de los hijos de Dios. Este no se halla ante Dios mismo como un esclavo, en el temor servil, ni como el mercenario en busca de un jornal, sino como un hijo que responde al amor del " que nos amó primero" ( 1Jn 4, 19):

  O nos apartamos del mal por temor del castigo y estamos en la disposición del esclavo, o buscamos el incentivo de la recompensa y nos parecemos a mercenarios, o finalmente obedecemos por el bien mismo del amor del que manda... y entonces estamos en la disposición de hijos ( San Basilio, reg. fus. prol. 3 ).

1829   La caridad tiene por frutos el gozo, la paz y la misericordia. Exige la práctica del bien y la corrección fraterna; es benevolencia; suscita la reciprocidad; es siempre desinteresada y generosa; es amistad y comunión: 

  La culminación de todas nuestras obras es el amor. Ese es el fin; para conseguirlo, corremos; hacia el corremos; una vez llegados, en el reposamos ( San Agustín, ep. Jo.10,4).

(CIC 1822-1829).

Comentario:

Siempre debemos actuar con visión sobrenatural sabiendo que nuestro destino es el cielo y con rectirud de intención haciendo todo para la mayor gloria de Dios siendo leales y sinceros con Dios, con nostros mismos y con los demás.

" Si pierdes el sentido sobrenatural de tu vida, tu caridad será filantropía; tu pureza decencia; tu mortificación simpleza; tu disciplina látigo; y todas tus obras; estériles"   (Camino 280, SJM).



lunes, 6 de septiembre de 2021

" Vida en Cristo" ( 1817-1821)

 


                                                     " La esperanza

1817   La esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas , sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo. " Mantengamos firme la confesión de la esperanza, pues fiel es el autor de la promesa" (Hb 10, 23). El Espíritu Santo que él derramó sobre nosotros con largueza por medio de Jesucristo nuestro Salvador para que, justificados  por su gracia, fuésemos constituidos herederos, en esperanza, de vida eterna" ( Tt3, 6-7).

1818   La virtud de la esperanza corresponde al anhelo de felicidad puesto por Dios en el corazón de todo hombre; asume las esperanzas que inspiran las actividades de los hombres; las purifica para ordenarlas al Reino de los cielos; protege del desaliento; sostiene en todo desfallecimiento; dilata el corazón en la espera de la bienaventuranza eterna. El impulso de la esperanza preserva del egoísmo y conduce a la dicha de la caridad.

1819   La esperanza cristiana recoge y perfecciona la esperanza del pueblo elegido, que tiene su origen y su modelo en la espernaza de Abrahán, colmada en Isaac, de las promesas de Dios y purificada por la prueba del sacrificio ( Cf. Gn 17, 4-8;; 22, 1-18). "Esperando contra toda esperanza, creyó y fue hecho padre de muchas naciones" ( Rm 4,18).

1820   La esperanza cristiana se manifiesta desde el comienzo de la predicación de Jesús, en la proclamación de las bienaventuranzas. Las bienaventuranzas elevan nuestra esperanza hacia el cielo como hacia la nueva tierra prometida; trazan el camino hacia ella a través de las pruebas que esperan a los discípulos de Jesús. Pero por los méritos de Jesucristo y de su pasión, Dios nos guarda en " la esperanza que no falla" (Rm 5, 5). La esperanza es " el ancla del alma", segura y firme, " que penetra... a donde entró por nosotros como precursor Jesús" ( Hb 6, 19-20). Es también un arma que nos protege en el combate de la salvación " Revistamos la coraza de la fe y de la caridad, con el yelmo de la esperanza de salvación" ( 1Ts 5, 8). Nos procura el gozo en la prueba misma: " Con la alegría de la esperanza; constantes en la tribulación" / Rm 12, 12). Se expresa y se alimenta en la oración particularmente en la del Padrenuestro, resumen de todo lo que la esperanza nos hace desear.

1821   Podemos, por tanto, esperar la gloria del cielo prometida por Dios a los que le aman ( Cf. Rm 8, 28-30) y hacen su voluntad ( Cf. Mt 7, 21). En toda circunstancia, cada uno debe esperar, con la gracia de Dios, " perseverar hasta el fin" ( Cf. Mt 10, 22; Cf. Cc Trento: DS 1541) y obtener el gozo del cielo, como eterna recompensa de Dios por las obras buenas realizadas con la gracia de Cristo. En la esperanza, la Iglesia implora que  "todos los hombres se salven " ( 1Tm 2, 4). Espera estar en la gloria del cielo unida a Cristo, su esposo:

   Espera, espera, que no sabes cuándo vendrá el día ni la hora. Vela con cuidado, que todo se pasa con brevedad, aunque tu deseo hace lo cierto dudoso y el tiempo breve largo. Mira que mientras más peleares, más mostrarás el amor que tienes a tu Dios y más te gozarás con tu Amado, con gozo y deleite que no puede tener fin ( Santa Teresa de Jesús, excl. 15, 3).(CIC 1817-1821).

Comentario:

Cuando el desánimo toca tú puerta reza con confianza el salmo " Sé valiente ten ánimo, espera en el Señor " y El vendrá en tú auxilio.