domingo, 31 de enero de 2021

" La celebración del misterio cristiano" ( CIC 1643-1645)

 


                                        V Los bienes y las exigencias del amor conyugal


1643   " El amor conyugal comporta una totalidad en la que entran los elementos de la persona- reclamo del cuerpo y del instinto, fuerza del sentimiento y de la afectividad, aspiración del espíritu y de la voluntad- ; mira una unidad profundamente personal  que, más allá de la unión en una sola carne, conduce a no tener más que un corazón y un alma; exige la indisolubilidad y la fidelidad  de la donación recíproca definitiva; y se abre a la fecundidad. En una palabra: se trata de características normales de todo amor conyugal natural, pero con un significado nuevo que no sólo las purifica y consolida, sino las eleva hasta el punto de hacer de ellas la expresión de valores propiamente cristianos" ( FC 13).

                                                Unidad e indisolubilidad del Matrimonio

 1644   El amor de los esposos exige, por su misma naturaleza, la unidad y la indisolubilidad de la comunidad de personas que abarca la vida entera de los esposos: " De manera que ya no son dos sino una sola carne" ( Mt 19, 6; Cf. Gn 2, 24). " Están llamados a crecer continuamente en su comunión a través de la fidelidad cotidiana a la promesa matrimonial de la recíproca donación total" ( FC 19). Esta comunión humana, es confirmada, purificada y perfeccionada por la comunión en Jesucristo dada mediante el sacramento del Matrimonio. Se profundiza por la vida de la fe común y por la Eucaristía recibida en común.

1645   " La unidad del Matrimonio aparece ampliamente confirmada por la igual dignidad personal que hay que reconocer a la mujer y el varón en el mutuo y pleno amor " ( GS 49, 2). La poligamia es contraria a esta igual dignidad de uno y otro y al amor conyugal que es único y exclusivo." ( CIC 1643-1645).

Comentario:

No podemos ocultar que en el desarrollo de la vida matrimonial hay muchas luces y sombras, como también las hay en el desarrollo normal de la vida, pero esas dificultades no deben llevar al rompimiento de las promesas matrimoniales.

    " Tendría un pobre concepto del matrimonio y del cariño humano quien pensara que, al tropezar con esas dificultades, el amor y el contento se acaban. Precisamente entonces, cuando los sentimientos que animaban a aquellas criaturas revelan su verdadera naturaleza, la donación y la ternura se arraigan y se manifiestan como un afecto auténtico y hondo, más poderoso que la muerte." ( SJM  Homilía "El Matrimonio vocación cristiana" " Es Cristo que pasa" n. 24).  


domingo, 24 de enero de 2021

"La celebración del misterio cristiano" ( CIC 1638-1642 )

 


                              " IV Los efectos del sacramento del Matrimonio


 1638   " Del Matrimonio válido se origina entre los cónyuges un vínculo perpetuo y exclusivo por su misma naturaleza; además, en el Matrimonio cristiano los cónyuges son fortalecidos y quedan como consagrados por un sacramento peculiar para los deberes y la dignidad de su estado" ( CIC can. 1134).

                                                 El vínculo matrimonial

1639   El consentimiento por el que los esposos se dan y se reciben mutuamente es sellado por el mismo Dios ( Cf. Mc 10, 9). De su alianza " nace una institución estable por ordenación divina, también ante la sociedad" ( GS 48, 1). La alianza de los esposos está integrada en la alianza de Dios con los hombres: " El auténtico amor conyugal es asumido en el amor divino " ( GS 48, 2).

1640   Por tanto, el vínculo matrimonial  es establecido por Dios mismo, de modo que el Matrimonio celebrado y consumado entre bautizados no puede ser disuelto jamás. Este vínculo que resulta del acto humano libre de los esposos y de la consumación del Matrimonio, es una realidad ya irrevocable y da origen a una alianza garantizada por la fidelidad de Dios. La Iglesia no tiene poder para pronunciarse contra esta disposición de la sabiduría divina ( Cf. CIC can. 1141).

                                          La gracia del sacramento del Matrimonio

1641   " En su modo y estado de vida, los cónyuges cristianos, tienen su carisma propio en el Pueblo de Dios"(LG 11). Esta gracia propia del sacramento del Matrimonio está destinada a perfeccionar el amor de los cónyuges, a fortalecer su unidad indisoluble. Por medio de esta gracia " se ayudan mutuamente a santificarse con la vida matrimonial conyugal y en la acogida y educación de los ,hijos" ( LG 11; Cf. LG 41).

1642   Cristo es la fuente de esta gracia. " Pues de la misma manera que Dios en otro tiempo salió al encuentro de su pueblo por una alianza de amor y de fidelidad, ahora el Salvador de los hombres y Esposo de la Iglesia, mediante el sacramento del Matrimonio, sale al encuentro de los esposos cristianos" ( GS 48,2). Permanece con ellos, les da la fuerza de seguirle tomando su cruz, de levantarse después de sus caídas, de perdonarse mutuamente, de llevar unos las cargas de los otros ( Cf. Ga 6, 2), de estar " sometidos unos a otros en el temor de Cristo" ( Ef 5, 21 ) y de amarse con un amor sobrenatural, delicado y fecundo. En las alegrías de su amor y de su vida familiar les da, ya aquí, un gusto anticipado del banquete de las bodas del Cordero:

   ¿ De dónde voy a sacar la fuerza para describir de manera satisfactoria la dicha del Matrimonio que celebra la Iglesia, que confirma la ofrenda, que sella la bendición? Los ángeles lo proclaman, el Padre celestial lo ratifica...¡ Qué Matrimonio el de dos cristianos, unidos por una sola esperanza, un solo deseo, una sola disciplina, el mismo servicio! Los dos hijos de un mismo Padre, servidores de un mismo Señor; nada los separa, ni en el espíritu ni en la carne: al contrario, son verdaderamente dos en una sola carne. Donde la carne es una, también es uno el espíritu ( Tertuliano, ux. 2, 9; Cf. FC 13)."      (CIC 1638-1642 ).

Comentario:

La vocación al matrimonio debemos verla siempre como una misión que nuestro Padre Dios nos encomienda " las personas que están pendientes de sí mismas, que actúan buscando ante todo la propia satisfacción, ponen en juego su salvación eterna, y ya ahora son inevitablemente infelices y desgraciadas. Sólo quien se olvida de sí, y se entrega a Dios y a los demás - también en el matrimonio-, puede ser dichoso en la tierra, con una felicidad que es preparación y anticipo del cielo."  ( SJM Homilía " El Matrimonio vocación cristiana" 24.  en " Es Cristo que pasa".          

   


domingo, 17 de enero de 2021

" La celebración del misterio cristiano" ( CIC 1633-1637)

 


                                      " Matrimonios mixtos y disparidad de culto

1633   En numerosos países, la situación del Matrimonio mixto ( entre católico y bautizado no católico) se presenta con bastante frecuencia. Exige una atención particular de los cónyuges y de los pastores. El caso de matrimonios con disparidad de culto ( entre católico y no bautizado) exige aún una mayor atención.

1634   La diferencia de confesión entre los cónyuges no constituye un obstáculo insuperable para el Matrimonio, cuando llegan a poner en común lo que cada uno de ellos ha recibido en su comunidad, y a aprender el uno del otro el modo como cada uno vive su fidelidad a Cristo. Pero las dificultades de los matrimonios mixtos no deben tampoco ser subestimadas. Se deben al hecho de que la separación de los cristianos no se ha superado todavía. Los esposos corren el peligro de vivir en el seno de su hogar el drama de la desunión de los cristianos. La disparidad de culto puede agravar aún más estas dificultades. Divergencias en la fe, en la concepción misma del Matrimonio, pero también mentalidades religiosas distintas pueden constituir una fuente de tensiones en el Matrimonio, principalmente a propósito de la educación de los hijos. Una tentación que puede presentarse entonces es la indiferencia religiosa.

1635   Según el derecho vigente en la Iglesia latina, un Matrimonio mixto necesita, para su licitud, el permiso expreso de la autoridad eclesiástica ( Cf. CIC can. 1124). En caso de disparidad de culto se requiere una dispensa expresa del impedimento para la validez del Matrimonio ( Cf. CIC can. 1086). Este permiso o esta dispensa supone que ambas partes conocen y no excluyen los fines y las propiedades esenciales del Matrimonio; además que la parte católica confirme los compromisos- también haciéndolos conocer a la parte no católica- de conservar la propia fe y asegurar el Bautismo y la educación de los hijos en la Iglesia católica ( Cf. CIC can. 1125).

1636   En muchas regiones, gracias al diálogo ecuménico, las comunidades cristianas interesadas han podido llevar a cabo una pastoral común para los matrimonios mixtos.Su objetivo es ayudar a estas parejas a vivir su situación particular a la luz de la fe. Debe también ayudarles a superar las tensiones entre las obligaciones de los cónyuges, el uno con el otro, y con sus comunidades eclesiales. Debe alentar el desarrollo de lo que les es común en la fe, y el respeto de lo que los separa.

1637   En los matrimonios con disparidad de culto, el esposo católico tiene una tarea particular: " Pues el marido no creyente queda santificado por su mujer, y la mujer no creyente queda santificada por el marido creyente" ( 1Co 7, 14). Es un gran gozo para el cónyuge cristiano y para la Iglesia el que esta "santificación"conduzca a la conversión libre del otro cónyuge a la fe cristiana ( Cf. 1Co 7, 16).El amor conyugal sincero, la práctica humilde y paciente de las virtudes familiares, y la oración perseverante pueden preparar al cónyuge no creyente a recibir la gracia de la conversión." ( CIC 1633-1637).

Comentario:

No importa que el matrimonio sea entre católicos o mixto siempre los cónyuges deben tener clara su vocación a la santidad dentro del matrimonio. 

" La fe y la esperanza se han de manifestar en el sosiego con que se enfrentan los problemas, pequeños o grandes, que en todos los hogares ocurren, en la ilusión con que se persevera en el cumplimiento del propio deber. La caridad lo llenará así todo, y llevará a compartir las alegrías y los posibles sinsabores; a saber sonreír, olvidándose de las propias preocupaciones para atender a los demás; a escuchar al otro cónyuge o a los hijos, mostrándoles que de verdad se les quiere y comprende; a pasar por alto menudos roces sin importancia que el egoísmo  podría convertir en montañas; a poner un gran amor en los pequeños servicios de que está compuesta la convivencia diaria:" ( Homilía SJM  " El matrimonio,  vocación cristiana" Es Cristo que pasa").

domingo, 10 de enero de 2021

" La celebración del misterio cristiano" ( CIC 1625-1632)

 

                                      " III El consentimiento matrimonial


1625   Los protagonistas de la alianza matrimonial son un hombre y una mujer bautizados, libres para contraer el Matrimonio y que expresan libremente su consentimiento. " Ser libre" quiere decir:

   - no obrar por coacción;

   - no estar impedido por una ley natural o eclesiástica.

1626   La Iglesia considera el intercambio de los consentimientos entre los esposos como el elemento indispensable " que hace el Matrimonio" ( CIC can. 1057, 1). Si el consentimiento falta no hay Matrimonio.

1627   El consentimiento consiste en " un acto humano, por el cual los esposos se dan y se reciben mutuamente" ( GS 48, 1; Cf. CIC can, 1057, 2): " Yo te recibo como esposa"- " Yo te recibo como esposo" ( OcM 45). Este consentimiento que une a los esposos entre sí, encuentra su plenitud en el hecho de que los dos " vienen a ser una sola carne" ( Cf. Gn 2, 24; Mc 10, 8; Ef 5, 31).

1628   El consentimiento debe ser  un acto de la voluntad de cada uno de los contrayentes, libre de violencia o de temor grave externo ( Cf. CIC can 1103). Ningún poder humano puede reemplazar este consentimiento ( CIC can 1057, 1). Si esta libertad falta el Matrimonio es inválido.

1629   Por esta razón ( o por otras razones que hacen nulo e inválido el Matrimonio; Cf. CIC can 1095- 1107), la Iglesia tras examinar la situación por el tribunal eclesiástico competente, puede declarar " la nulidad del Matrimonio", es decir que el Matrimonio no ha existido. En este caso, los contrayentes quedan libres para casarse, aunque deben cumplir las obligaciones naturales nacidas de una unión anterior ( Cf. CIC can. 1071).

1630   El sacerdote ( o el diácono) que asiste a la celebración del Matrimonio, recibe el consentimiento de los esposos en nombre de la Iglesia y da la bendición de la Iglesia. La presencia del ministro de la Iglesia ( y  también de los testigos)  expresa visiblemente que el Matrimonio es una realidad eclesial.

1631   Por esta razón, la Iglesia exige ordinariamente para sus fieles la forma eclesiástica de la celebración del Matrimonio ( Cf. Cc de Trento: DS 1813-1816; CIC can. 1108). Varias razones para explicar esta determinación:

- El Matrimonio sacramental es un acto litúrgico. por tanto, es conveniente que sea celebrado en la liturgia pública de la Iglesia.

- El Matrimonio introduce en un ordo eclesial, crea derechos y deberes en la Iglesia entre los esposos y para los hijos.

- Por ser el Matrimonio un estado de vida en la Iglesia, es preciso que exista certeza sobre él ( de ahí la obligación de tener testigos).

- El carácter público del consentimiento protege el " Sí" una vez dado y ayuda a permanecer fiel a él.

1632   Para que el " Sí" de los esposos sea un acto libre y responsable, y para que la alianza matrimonial tenga fundamentos humanos y cristianos, sólidos y estables, la preparación para el Matrimonio es de primera importancia:

   El ejemplo y la enseñanza dados por los padres y por las familias son el camino privilegiado de esta preparación.

   El papel de los pastores y de la comunidad cristiana como " familia de Dios" es indispensable para la transmisión de los valores humanos y cristianos del Matrimonio y de la familia ( Cf. CIC can 1063), y esto con mayor razón en nuestra época en la que muchos jóvenes conocen la experiencia de hogares rotos que ya no aseguran suficientemente esta iniciación:

   Los jóvenes deben ser instruidos adecuada y oportunamente sobre la dignidad, tareas y ejercicio del amor conyugal, sobre todo en el seno de la misma familia, para que, educados en el cultivo de la castidad, puedan pasar, a la edad conveniente, de un honesto noviazgo vivido, al Matrimonio ( GS 49, 3)." ( CIC 1625- 1632).

Comentario:

La instrucción prematrimonial es muy importante y por eso debemos preocuparnos cuando una pareja cercana a nosotros hace el curso sin seriedad y como llenando un requisito no para entender a qué se está comprometiendo al dar un " Si " para toda la vida, muchas veces en el curso la pareja se dá cuenta  que su amor no es tan fuerte como para iniciar y mantener una vida juntos. 

Tengamos presente en nuestras oraciones a nuestros jóvenes solteros recordando la promesa de la Virgen de conservar la pureza con el rezo diario de las 3 Avemarías pidiéndole a Ella por la pureza en nuestras familias y enseñando a nuestros niños a rezarlas, hay muchos testimonios de personas que le atribuyen a esta costumbre la salvación de sus vidas y almas. 

  

  

                                               

domingo, 3 de enero de 2021

" La celebración del misterio cristiano" ( CIC 1618- 1624)

 


                           " La virginidad por el Reino de Dios

1618   Cristo es el centro de toda vida cristiana. El Vínculo con El ocupa el primer lugar entre todos los demás vínculos, familiares o sociales ( Cf. Lc 14, 26; Mc 10, 28-31). Desde los comienzos de la Iglesia ha habido hombres y mujeres que han renunciado al gran bien del Matrimonio para seguir al Cordero dondequiera que vaya. ( Cf. Ap 14,4), para ocuparse de las cosas del Señor, para tratar de agradarle ( Cf. 1Co 7, 32), para ir al encuentro del Esposo que viene ( Cf. Mt 25, 6), Cristo mismo invitó a algunos a seguirle en este modo de vida del que El es el modelo:

       Hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos hechos por los hombres, y hay eunucos que se hicieron tales a sí mismos por el Reino de los cielos: Quien pueda entender que entienda ( Mt 19, 12).

1619   La virginidad por el Reino de los cielos es un desarrollo de la gracia bautismal, un signo poderoso de la preeminencia del vínculo con Cristo, de la ardiente espera de su retorno, un signo que recuerda también que el Matrimonio es una realidad que manifiesta el carácter pasajero de este mundo ( Cf. 1Co 7, 31; Mc 12, 25).

1620   Estas dos realidades, el sacramento del Matrimonio y la virginidad por el Reino de Dios, vienen del Señor mismo. Es El quien les da sentido y les concede la gracia indispensable para vivirlos conforme a su voluntad ( Cf. Mt 19, 3-12). La estima de la virginidad por el Reino ( Cf. LG 42; PC 12; OT 10) y el sentido cristiano del Matrimonio son inseparables y se apoyan mutuamente:

       Denigrar el Matrimonio es reducir a la vez la gloria de la virginidad; elogiarlo es realzar a la vez la admiración que corresponde a la virginidad...( San Juan Crisóstomo, virg. 10, 1; Cf. FC 16).

                                 La celebración del Matrimonio

1621   En el rito latino, la celebración del Matrimonio entre dos fieles católicos tiene lugar ordinariamente dentro de la Santa Misa, en virtud del vínculo que tienen todos los sacramentos con el Misterio Pascual de Cristo ( Cf. SC 61). En la Eucaristía se realiza el memorial de la Nueva Alianza, en la que Cristo se unió para siempre a la Iglesia, su esposa amada por la que se entregó ( Cf. LG 6). Es, pues, conveniente que los esposos sellen su consentimiento en darse el uno al otro mediante la ofrenda de sus propias vidas, uniéndose a la ofrenda de Cristo por su Iglesia, hecha presente en el sacrificio eucarístico, y recibiendo la Eucaristía, para que, comulgando en el mismo Cuerpo y en la misma Sangre de Cristo, " formen un solo cuerpo" en Cristo ( Cf. 1Co 10, 17).

1622   " En cuanto gesto sacramental de santificación, la celebración del Matrimonio..., debe ser por sí misma válida, digna y fructuosa" ( FC 67). Por tanto, conviene que los futuros esposos se dispongan a la celebración de su Matrimonio recibiendo el sacramento de la Penitencia.

1623   Según la tradición latina, los esposos, como ministros de la gracia de Cristo, se confieren mutuamente el sacramento del Matrimonio. En las tradiciones de las Iglesias orientales, los sacerdotes- obispos o presbíteros- son testigos del recíproco consentimiento expresado por los esposos ( Cf. CCEO can. 817), pero también su bendición es necesaria para la validez del sacramento ( Cf. CCEO can. 828) quien, después de haber recibido el consentimiento mutuo de los esposos, corona sucesivamente al esposo y a la esposa en señal de la alianza matrimonial.

1624   Las diversas liturgias son ricas en oraciones de bendición y de epiclesis pidiendo a Dios su gracia y la bendición sobre la nueva pareja, especialmente sobre la esposa. En la epiclesis de este sacramento los esposos reciben el Espíritu Santo como Comunión de amor de Cristo y de la Iglesia ( Cf. Ef 5, 32). El Espíritu Santo es el sello de la alianza de los esposos, la fuente siempre generosa de su amor, la fuerza con que se renovará su fidelidad." ( CIC 1618- 1624).

Comentario:

La base de todo matrimonio tiene que ser el amor de los esposos como lo expone el siguiente punto:

" Santificar el hogar día a día, crear con el cariño, un auténtico ambiente de familia: de eso se trata. Para santificar cada jornada, se han de ejercitar muchas virtudes cristianas: las teologales en primer lugar y, luego, todas las otras: la prudencia, la lealtad, la sinceridad, la humildad, el trabajo, la alegría...Hablando del matrimonio, de la vida matrimonial, es necesario comenzar con una referencia clara al amor de los cónyuges."( SJM, Homilía El Matrimonio vocación cristiana punto 23 de Cristo que pasa)