domingo, 25 de octubre de 2015

"Resumen"(CIC 176-184)



                                                                   "Resumen"

"176 La fe es una adhesión personal del hombre entero a Dios que se revela. Comprende una adhesión de la inteligencia y de la voluntad a la Revelación que Dios ha hecho de sí mismo mediante sus obras y sus palabras.

177 " Creer" entraña, pues, una doble referencia: a la persona y a la verdad; a la verdad por confianza en la persona que la atestigua.

178 No debemos creer en ningún otro que no sea Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

179 La fe es un don sobrenatural de Dios. Para creer, el hombre necesita los auxilios interiores del Espíritu Santo.

180 " Creer" es un acto humano, consciente y libre, que corresponde a la dignidad de la persona humana.

181 " Creer" es un acto eclesial. La fe de la Iglesia precede, engendra, conduce y alimenta nuestra fe. La Iglesia es la madre de todos los creyentes. " Nadie puede tener a Dios por Padre si no tiene a la Iglesia por Madre"( San Cipriano, unit. eccl.: PL 4, 503A).

182 " Creemos todas aquellas cosas que se contienen en la Palabra de Dios escrita o transmitida y son propuestas por la Iglesia...para ser creídas como divinamente reveladas" ( Pablo VI, SPF 20).

183 La fe es necesaria para la salvación. El Señor mismo lo afirma: " El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará" (Mc 16, 16).

184 " La fe es un gusto anticipado del conocimiento que nos hará bienaventurados en la vida futura" ( Santo Tomás de A., comp.1,2)."(CIC 176-184).

Comentario: Con este resumen terminamos la primera sección de la primera parte del Catecismo. Felicitémonos y sigamos leyendo con entusiasmo este tesoro que nos regalo San Juan Pablo II.

domingo, 18 de octubre de 2015

"La Profesión de la fe (CIC 170-175)



                                                        "II El lenguaje de la fe


"170 No creemos en las fórmulas, sino en las realidades que éstas expresan y que la fe nos permite "tocar". " El acto (de fe) del creyente no se detiene en el enunciado, sino en la realidad (enunciada)" ( Santo Tomás de A., s. th. 2-2, 1, 2, ad 2). Sin embargo, nos acercamos a estas realidades con la ayuda de las formulaciones de la fe. Estas permiten expresar y transmitir la fe, celebrarla en comunidad, asimilarla y vivir en ella cada vez más.

171  La Iglesia que es " columna y fundamento de la verdad" ( 1Tm 3, 15), guarda fielmente " la fe transmitida a los santos de una vez y  para siempre" ( Judas 3). Ella es la que guarda la memoria de las palabras de Cristo, la que transmite de generación en generación la confesión de fe de los apóstoles. Como una madre que enseña a sus hijos a hablar y con ello a comprender y a comunicar, la Iglesia, nuestra Madre, nos enseña el lenguaje de la fe para introducirnos en la inteligencia y la vida de la fe.

                                                             III Una sola fe

172   Desde siglos, a través de muchas lenguas, culturas, pueblos y naciones, la Iglesia no cesa de confesar su única fe, recibida de un solo Señor, transmitida por un solo bautismo, enraizada en la convicción de que todos los hombres no tienen más que un solo Dios y Padre ( Cf. Ef 4, 4-6). San Ireneo de Lyon, testigo de esta fe, declara:

173 " La Iglesia, en efecto, aunque dispersada por el mundo entero hasta los confines de la tierra, habiendo recibido de los apóstoles y de sus discípulos la fe... guarda (esta predicación y esta fe) con cuidado, como no habitando más que una sola casa, cree en ella de una manera idéntica, como no teniendo más que una sola alma y un solo corazón, las predica, las enseña y las transmite con una voz unánime, como no poseyendo más que una sola boca"( haer. 1, 10, 1-2).

174  " Porque, si las lenguas difieren a través del mundo, el contenido de la Tradición es uno e idéntico. Y ni las Iglesias establecidas en Germania tienen otra fe u otra Tradición, ni las que están entre los iberos ni las que están entre los celtas, ni las de Oriente, de Egipto, de Libia, ni las que están establecidas en el centro del mundo..." ( Ibid.). " El mensaje de la Iglesia es, pues, verídico y sólido, ya que en ella aparece un solo camino de salvación a través del mundo entero" ( Ibid., 5, 20, 1).

175  " Esta fe que hemos recibido de la Iglesia, la guardamos con cuidado, porque sin cesar, bajo la acción del Espíritu de Dios, como un contenido de gran valor encerrado en un vaso excelente, rejuvenece y hace rejuvenecer el vaso mismo que la contiene" ( Ibid., 3, 24-1). (CIC 170-175).

Comentario: Debemos tener claridad en relación con las verdades de la fe, sabiendo que no hay revelaciones posteriores a la Escritura, Jesucristo nos dijo todo lo que necesitamos saber para salvarnos en su vida mortal y esa enseñanzas quedaron plasmadas en el Nuevo Testamento, la Iglesia profundiza estas verdades y nos las explica pero no añade ni cambia nada.  

miércoles, 14 de octubre de 2015

"Artículo 2: Creemos(CIC166-169)


                                                      "Artículo 2: Creemos

"166   La fe es un acto personal: la respuesta libre del hombre a la iniciativa de Dios que se revela. Pero la fe no es un acto aislado. Nadie puede creer solo, como nadie puede vivir solo. Nadie se ha dado la fe sí mismo, como nadie se ha dado la vida a sí mismo. El creyente ha recibido la fe de otro, debe transmitirla a otro. Nuestro amor a Jesús y a los hombres nos impulsa a hablar a otros de nuestra fe. Cada creyente es como un eslabón en la gran cadena de los creyentes. Yo no puedo creer sin ser sostenido por la fe de los otros, y por mi fe yo contribuyo a sostener la fe de los otros.

167 "Creo" (Símbolo de los Apóstoles): Es la fe de la Iglesia profesada personalmente por cada creyente, principalmente en su bautismo. "Creemos" ( Símbolo de Nicea-Constantinopla, en el original griego): Es la fe de la Iglesia confesada por los obispos reunidos en Concilio o, más generalmente, por la asamblea litúrgica de los creyentes. "Creo", es también la Iglesia, nuestra Madre, que responde a Dios por su fe y que nos enseña a decir: " Creo", "creemos".

                                         I " Mira, Señor, la fe de tu iglesia"

168 La Iglesia es la primera que cree, y así conduce, alimenta y sostiene mi fe. La Iglesia es la primera que en todas partes, confiesa al Señor ( Te per orbem terrarum sancta confitetur Ecclesia", cantamos en el Te Deum), y con ella y en ella somos impulsados y llevados a confesar también: " Creo", "creemos". Por medio de la Iglesia recibimos la fe y la vida nueva en Cristo por el bautismo. En el Ritual Romano, el ministro del bautismo pregunta al catecúmeno:" Qué pides a la Iglesia de Dios?". Y la respuesta es: " La fe". " Qué te da la fe?. " La vida eterna".

169 La salvación viene sólo de Dios; pero puesto que recibimos la vida de la fe a través de la Iglesia, ésta es nuestra madre:" Creemos en la Iglesia como la madre de nuestro nuevo nacimiento, y no en la Iglesia como si ella fuese el autor de nuestra salvación" ( Fausto de Riez, Spir. 1,2). Porque es nuestra madre, es también la educadora de nuestra fe".(CIC 166-169).


Comentario: Es importante recitar con frecuencia el Credo, y especialmente a nuestros enfermos en la hora de la muerte, para con el agua bendita fortalecernos y fortalecerlos en la fe.

martes, 6 de octubre de 2015

"La libertad de la fe (CIC160-165)

                                                                  "La libertad de la fe


160 " El hombre, al creer, debe responder voluntariamente a Dios; nadie debe estar obligado contra su voluntad a abrazar la fe. En efecto, el acto de fe es voluntario por su propia naturaleza"(DH 10;Cf. CIC. can. 748.2): "Ciertamente Dios llama a los hombres a servirle en espíritu y en verdad. Por ello, quedan vinculados por su conciencia, pero no coaccionados...Esto se hace patente sobre todo, en Cristo Jesús"(DH 11). En efecto, Cristo invitó a la fe y a la conversión, El no forzó jamás a nadie. "Dio testimonio de la verdad, pero no quiso imponerla por la fuerza a los que le contradecían. Pues su reino.. crece por el amor con que Cristo, exaltado en la cruz, atrae a los hombres hacia EL".(DH 11).

                                                                La necesidad de la fe

161  Creer en Cristo Jesús y en Aquel que lo envió para salvarnos es necesario para obtener esa salvación (Cf. Mc 16,16; Jn 3, 36; 6, 40 e.a)."Puesto que "sin la fe.. es imposible agradar a Dios"(Hb11,6) y llegar a participar en la condición de sus hijos, nadie es justificado sin ella y nadie, a no ser que "haya perseverado en ella hasta el fin"(Mt 10, 22;24,13), obtendrá la vida eterna"(Cc Vaticano I:DS 3012; Cf. Cc, de Trento: DS 1532).

                                                           La perseverancia en la fe

162 La fe es un don gratuito que Dios hace al hombre. Este don inestimable podemos perderlo; san Pablo advierte de ello a Timoteo: " Combate el buen combate, conservando la fe y la conciencia recta; algunos, por haberla rechazado, naufragaron en la fe"(1Tm 1, 18-19). Para vivir, crecer y perseverar hasta el fin en la fe debemos alimentarla con la Palabra de Dios, debemos pedirle al Señor que la aumente (Cf. Mc 9,24; Lc17,5;22,32), debe " actuar por la caridad"(Ga 5,6;Cf. St 2,14-26), ser sostenida por la esperanza (Cf. Rm 15,1-3) y estar enraizada en la fe de la Iglesia.

                                                   La fe, comienzo de la vida eterna

163 La fe nos hace gustar de antemano el gozo y la luz de la visión beatífica, fin de nuestro caminar aquí abajo. Entonces veremos a Dios " cara a cara"(1Co 13,12),"tal cual es"(1Jn 3.2). La fe es, pues, ya el comienzo de la vida eterna:

           Mientras que ahora contemplamos las bendiciones de la fe como el reflejo en un espejo, es como si poseyéramos ya las cosas maravillosas de que nuestra fe nos asegura que gozaremos un día.(San Basilio, Spir. 15;36; Cf. Santo Tomás de A., s. th 2-2,4,1).

164 Ahora, sin embargo, " caminamos en la fe y no en la visión"(2Co 5,7), y conocemos a Dios " como en un espejo, de una manera confusa.. imperfecta"(1Co 13,12). Luminosa por aquel en quien cree, la fe es vivida con frecuencia en la oscuridad. La fe puede ser puesta a prueba. El mundo en que vivimos parece con frecuencia muy lejos de lo que la fe nos asegura; las experiencias del mal y del sufrimiento, de las injusticias y de la muerte parecen contradecir la buena nueva, pueden estremecer la fe y llegar a ser para ella una tentación.

165 Entonces es cuando debemos volvernos hacia los testigos de la fe:Abraham, que creyó, " esperando contra toda esperanza"( Rm 4,18); la Virgen María que, en " la peregrinación de la fe"(LG 58), llegó hasta la " noche de la fe"(Juan Pablo II, RM 18) participando en el sufrimiento de su Hijo y en la noche de su sepulcro; y tantos otros testigos de la fe: " También nosotros, teniendo en torno nuestro tan gran nube de testigos, sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y corramos con fortaleza la prueba que se nos propone, fijos los ojos en Jesús, el que inicia y consuma la fe"(Hb 12, 1-2)."(CIC 160-165).

Comentario: San Josemaría solía decir que él no era modelo de nada pero que si en algo queríamos imitarle le gustaría que fuera en la fe que tenía tan "gorda" que se podía cortar. Imploremos al Señor el regalo de esa fe " que se pueda cortar".