sábado, 30 de marzo de 2019

" La celebración del misterio cristiano" ( CIC 1091-1098)



                                          " El Espíritu Santo y la Iglesia en la Liturgia

1091 En la Liturgia, el Espíritu Santo es el pedagogo de la fe del Pueblo de Dios, el artífice de las "obras maestras de Dios" que son los sacramentos de la Nueva Alianza. El deseo y la obra del Espíritu en el corazón de la Iglesia es que vivamos de la vida de Cristo resucitado. Cuando encuentra en nosotros la respuesta de fe que El ha suscitado, entonces se realiza una verdadera cooperación. Por ella, la Liturgia viene a ser la obra común del Espíritu Santo y de la Iglesia.

1092 En esta dispensación sacramental del misterio de Cristo, el Espíritu Santo actúa de la misma manera que en los otros tiempos de la economía de la salvación: prepara la Iglesia para el encuentro con su Señor, recuerda y manifiesta a Cristo a la fe de la asamblea; hace presente y actualiza el Misterio de Cristo por su poder transformador; finalmente, el Espíritu de comunión une la Iglesia a la vida y a la misión de Cristo.

                                      El Espíritu Santo prepara a recibir a Cristo

1093 El Espíritu Santo realiza en la economía sacramental las figuras de la Antigua Alianza. Puesto que la Iglesia de Cristo estaba " preparada maravillosamente en la historia del pueblo de Israel y en la Antigua  Alianza" ( LG 2), la Liturgia de la Iglesia conserva como una parte integrante e irremplazable, haciéndolos suyos, algunos elementos del culto de la Antigua Alianza:

- principalmente la lectura del Antiguo Testamento;
- la oración de los Salmos;
- y, sobre todo, la memoria de los acontecimientos salvíficos y de las realidades significativas que encontraron su cumplimiento en el misterio de Cristo ( la Promesa y la Alianza; el Exodo y la Pascua, el Reino y el templo; el Exilio y el retorno).

1094 Sobre esta armoniá de los dos Testamentos (Cf. DV 14-16) se articula la catequesis pascual del Señor ( Cf. Lc 24, 13-49), y luego la de los Apóstoles y de los Padres de la Iglesia. Esta catequesis pone de manifiesto lo que permanecía oculto bajo la letra del Antiguo Testamento; el misterio de Cristo. Es llamada catequesis " tipológica", porque revela la novedad de Cristo a partir de " figuras"  (tipos) que la anunciaban en los hechos, las palabras y los símbolos de la primera Alianza. por esta relectura en el Espíritu de Verdad a partir de Cristo, las figuras son explicadas ( Cf. 2Co 3, 14-16). Así, el diluvio y el arca de Noé prefiguraban la salvación por el Bautismo ( Cf. 1P 3, 21), y lo mismo la nube, y el paso del mar Rojo; el agua de la roca era la figura de los dones espirituales de Cristo  (Cf. 1Co 10, 1-6); el maná del desierto prefiguraba la Eucaristía " el verdadero Pan del Cielo" ( Jn 6, 32).

1095 Por eso la Iglesia, especialmente durante los tiempos de Adviento, Cuaresma y sobre todo en la noche de Pascua, relee y revive todos estos acontecimientos de la historia de la salvación en el  "hoy" de su Liturgia. pero esto exige también que la catequesis ayude a los fieles a abrirse a esta inteligencia " espiritual" de la economía de la salvación, tal como la Liturgia de la Iglesia la manifiesta y nos la hace vivir.

1096 Liturgia judía y Liturgia cristiana. Un mejor conocimiento de la fe y la vida religiosa del pueblo judío  tal como son profesadas y vividas aún  hoy, puede ayudar a comprender mejor ciertos aspectos de la Liturgia cristiana. Para los judíos y para los cristianos la Sagrada Escritura es una parte esencial de sus respectivas liturgias: para la proclamación de la Palabra de Dios, la respuesta a esta Palabra, la adoración de alabanza y de intercesión por los vivos y los difuntos, el recurso de la misericordia divina. La Liturgia de la Palabra, en su estructura propia, tiene su origen en la oración judía. La oración de las Horas, y otros textos y formularios litúrgicos tienen sus paralelos también en ella, igual que las mismas fórmulas de nuestras oraciones más venerables, por ejemplo, el Padrenuestro. Las plegarias eucarísticas se inspiran también en modelos de la tradición judía. La relación entre Liturgia judía y Liturgia cristiana, pero también la diferencia de sus contenidos, son particularmente visibles en las grandes fiestas del año litúrgico como la Pascua. Los cristianos y los judíos celebran la Pascua: la Pascua de la historia, orientada hacia el porvenir en los judíos; Pascua realizada en la muerte y resurrección de Cristo en los cristianos, aunque siempre en espera de la consumación definitiva.

1097 En la Liturgia de la Nueva Alianza, toda acción litúrgica, especialmente la celebración de la Eucaristía y de los sacramentos es un encuentro entre Cristo y la Iglesia. La asamblea litúrgica recibe su unidad de la " comunión del espíritu Santo" que reúne a los hijos de Dios en el único Cuerpo de Cristo. esta reunión desborda las afinidades humanas, raciales, culturales y sociales.

1098 La asamblea debe prepararse para encontrar a su Señor, debe ser " un pueblo bien dispuesto". Esta preparación de los corazones es la obra común del Espíritu Santo y de la asamblea, en particular de sus ministros. La gracia del Espíritu Santo tiende a suscitar la fe, la conversión del corazón y la adhesión a la voluntad del Padre. Estas disposiciones preceden a la acogida de las otras gracias ofrecidas en la celebración misma y a los frutos de vida nueva que está llamada a producir." ( CIC 1091-1098).

Comentario: Recordemos la catequesis del papa Francisco sobre el Pueblo de Dios que está en el centro de la celebración litúrgica como orante dispuesto a escuchar la voz de Dios y aceptar la voluntad de Dios con fe y docilidad aunque esa voluntad no coincida  con nuestro querer.   "Dios sabe más" y " Si tu lo quieres Señor, yo también lo quiero"

  

 



 




sábado, 23 de marzo de 2019

" La celebración del misterio cristiano" (1084-1090)



                                                    " La obra de Cristo en la Liturgia
                           
                                                        Cristo glorificado...

1084  " Sentado a la derecha del Padre " y derramando el Espíritu santo sobre su Cuerpo que es la Iglesia, Cristo actúa ahora por medio de los sacramentos, instituidos por El para comunicar su gracia. Los sacramentos son signos sensibles ( palabras y acciones), accesibles a nuestra humanidad actual. Realizan eficazmente la gracia que significan en virtud de la acción de Cristo y por el poder del Espíritu Santo.

1085 En  la Liturgia de la Iglesia, Cristo significa y realiza principalmente su misterio pascual. Durante su vida terrestre Cristo anunciaba con su enseñanza y anticipaba con sus actos el misterio pascual. Cuando llegó su hora ( Cf. Jn 13, 1; 17, 1), vivió el único acontecimiento de la historia que no pasa: Jesús muere, es sepultado, resucita de entre los muertos y se sienta a la derecha del Padre  "una vez por todas" ( Rm 6, 10; Hb 7, 27; 9, 12). Es un acontecimiento real, sucedido en nuestra historia, pero absolutamente singular: todos los demás acontecimientos suceden una vez, y luego pasan y son absorbidos por el pasado. El misterio pascual de Cristo, por el contrario, no puede permanecer solamente en el pasado, pues por su muerte destruyó a la muerte, y todo lo que Cristo es y todo lo que hizo y padeció por los hombres participa de la eternidad divina y domina así todos los tiempos y en ellos se mantiene permanentemente presente. El acontecimiento de la Cruz y de la Resurreción permanece y abre todo hacia la vida.


                                                     ...desde la Iglesia de los Apóstoles...

1086 Por esta razón, como Cristo fue enviado por el Padre, El mismo también envió a los Apóstoles, llenos del Espíritu Santo, no sólo para que, al predicar el Evangelio a toda criatura, anunciaran que el Hijo de Dios, con su muerte y resurrección, nos ha liberado del poder de  Satanás y de la muerte y nos ha conducido al reino del Padre, sino también para que "realizaran la obra de la salvación que anunciaban mediante el sacrificio y los sacramentos en torno a los cuales gira toda la vida litúrgica" (SC 6).

1087 Así, Cristo resucitado, dando el Espíritu Santo a los apóstoles, les confía su poder de santificación ( Cf. Jn 20, 21-23); se convierten en signos sacramentales de Cristo. Por el poder del mismo Espíritu Santo confían este poder a sus sucesores. Esta " sucesión apostólica" estructura toda la vida litúrgica de la Iglesia. Ella misma es sacramental, transmitida por el sacramento del Orden.


                                                    ...está presente en la Liturgia terrena...

1088 " Para llevar a cabo una obra tan grande"- la dispensación o comunicación de su obra de salvación-, " Cristo está siempre presente en su Iglesia, principalmente en los actos litúrgicos. Está presente en el sacrificio de la misa, no sólo en la persona del ministro, 'ofreciéndose ahora por ministerio de los sacerdotes el mismo que entonces se ofreció en la cruz ', sino también, sobre todo, bajo las especies eucarísticas . Está presente con su virtud en los sacramentos, de modo que, cuando alguien bautiza, es Cristo quien bautiza.   Está presente en su palabra, pues es El mismo el que habla cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura. Está presente, finalmente, cuando la Iglesia suplica y canta salmos, el mismo que prometió: ' Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos' ( Mt 18, 20)" ( SC 7).

1089 " Realmente, en una obra tan grande por la que Dios es perfectamente glorificado y los hombres santificados, Cristo asocia siempre consigo a la Iglesia, su esposa amadísima, que invoca a su Señor y por El rinde culto al padre Eterno" ( SC 7).


                                                           ...que participa en la Liturgia celestial

1090 " En la liturgia terrena pregustamos y participamos en aquella Liturgia celestial que se celebra en la ciudad santa, Jerusalén, hacia la cual nos dirigimos como peregrinos, donde Cristo está, sentado a la derecha del Padre, como ministro del santuario y del Tabernáculo verdadero; cantamos un himno de gloria al Señor con todo el ejército celestial; venerando la memoria de los santos, esperamos participar con ellos y acompañarlos; aguardamos al Salvador, nuestro Señor Jesucristo, hasta que se manifieste El, nuestra vida, y nosotros nos manifestamos con El en la gloria" ( SC 8 ; Cf. LG 50)". (CIC 1084-1090).

Comentario: El 17 de octubre de 2004 el Papa San Juan Pablo II inauguró el año del la Eucaristía con la Encíclica sobre la Eucaristía en la cual llama a la Misa " el cielo en la tierra" explicando que   "la liturgia que celebramos en la tierra es una misteriosa participación en la liturgia celestial... La Eucaristía es verdaderamente un resquicio del cielo que se abre sobre la tierra. Es un rayo de  gloria de la Jerusalén celestial, que penetra en las nubes de nuestra historia y proyecta luz sobre nuestro camino". Si lograramos creer en esta verdad íriamos gustosamente no sólo a la misa dominical sino a diario para rendirle culto a Dios y estar presente en el cielo. 
 



  



 

 

sábado, 16 de marzo de 2019

" La celebración del misterio cristiano" ( CIC 1076-1083)



                                                       "  Primera sección

                                                  La economía sacramental

1076 El día de Pentecostés, por la efusión del Espíritu Santo, la Iglesia se manifiesta al mundo ( Cf. SC 6; LG 2). El don del Espíritu inaugura un tiempo nuevo en la " dispensación del Misterio": el tiempo de la Iglesia, durante el cual Cristo manifiesta, hace presente y comunica su obra de salvación mediante la Liturgia de su Iglesia, " hasta que El venga" ( 1Co 11, 26). Durante este tiempo de la Iglesia, Cristo vive y actúa en su Iglesia y con ella ya de una manera nueva, la propia de este tiempo nuevo. Actúa por los sacramentos; esto es lo que la tradición común de Oriente y Occidente llama la " economía sacramental"; ésta consiste en la comunicación ( o " dispensación") de los frutos del misterio pascual de Cristo en la celebración de la Liturgia " sacramental" de la Iglesia.

                             Por ello es preciso explicar primero esta " dispensación sacramental" ( Capítulo primero). así aparecerán más claramente la naturaleza y los aspectos esenciales de la celebración litúrgica.

                                                          Capítulo primero

                                            El misterio pascual en el tiempo de la Iglesia

                                                        Artículo 1: La Liturgia,
                                                    obra  de la Santísima Trinidad

                                             I El Padre, fuente y fin de la liturgia

1077 " Bendito sea el Dios y Padre  de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo; por cuanto nos ha elegido en El antes de la creación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor; eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia con la que nos agració en el Amado" ( Ef 1, 3-6).

1078 Bendecir es una acción divina que da la vida y cuya fuente es el Padre. Su bendición es a la vez palabra y don ( "bene-dictio", " eu-logia"). Aplicado al hombre, este término significa la adoración y la entrega a su Creador en la acción de gracias.

1079 Desde el comienzo y hasta la consumación de los tiempos, toda la obra de Dios es bendición. Desde el poema litúrgico de la primera creación hasta los cánticos de la Jerusalén celestial, los autores inspirados anuncian el designio de salvación como una inmensa bendición divina.

1080 Desde el comienzo, Dios bendice a los seres vivos, especialmente al hombre y la mujer. La alianza con Noé y con todos los seres animados renueva esta bendición de fecundidad, a pesar del pecado del hombre por el cual la tierra queda " maldita". Pero es a partir de Abraham cuando la bendición divina penetra en la historia humana, que se encaminaba hacia la muerte, para hacerla volver a la vida, a su fuente: por la fe del " padre de los creyentes" que acoge la bendición se inaugura la historia de la salvación.

1081 Las bendiciones divinas se manifiestan en acontecimientos maravillosos y salvadores: el nacimiento de Isaac, la salida de Egipto ( Pascua y Exodo), el don de la tierra prometida, la elección de David, la Presencia de Dios en el templo, el exilio purificador y el retorno de un " pequeño resto". La Ley, los Profetas y los Salmos que tejen la Liturgia del Pueblo elegido recuerdan a la vez estas bendiciones divinas y responden a ellas con las bendiciones de alabanza y de acción de gracias.

1082 En la Liturgia de la Iglesia, la bendición divina es plenamente revelada y comunicada: el Padre es reconocido y adorado como la fuente y el fin de todas las bendiciones de la creación y de la salvación; en su Verbo, encarnado, muerto y resucitado por nosotros, nos colma de sus bendiciones y por El derrama en nuestros corazones el don que contiene todos los dones: el Espíritu Santo.

1083 Se comprende, por tanto, que en cuanto respuesta de fe y de amor a las " bendiciones espirituales" con que el Padre nos enriquece, la Liturgia cristiana tiene una doble dimensión. Por una parte, la Iglesia unida a su Señor y " bajo la acción del Espíritu Santo" ( Lc 10, 21), bendice al Padre  "por su don inefable" ( 2Co 9, 15) mediante la adoración, la alabanza y la acción de gracias. Por otra parte, y hasta la consumación del designio de Dios, la Iglesia no cesa de presentar al Padre " la ofrenda de sus propios dones" y de implorar que el Espíritu Santo venga sobre esta ofrenda, sobre ella misma, sobre los fieles y sobre el mundo entero a fin de que por la comunión en la muerte y en la resurrección de Cristo-Sacerdote y por el poder del Espíritu estas bendiciones divinas den frutos de vida " para alabanza de la gloria de su gracia" ( Ef 1,6" ( CIC 1076-1083.

Comentario: Se comprende así la importancia que tiene asistir a la Santa Misa al menos el domingo como un acto de adoración, acción de gracias, petición y desagravio al Padre.




                                                      

sábado, 9 de marzo de 2019

" La celebración del misterio cristiana" ( CIC 1071-1075)




                                                     " La Liturgia como fuente de vida

1071 La Liturgia, obra de Cristo, es también una acción de su Iglesia. Realiza y manifiesta la
Iglesia como signo visible de la comunión entre Dios y los hombres por Cristo. Introduce a los fieles en la vida nueva de la comunidad. Implica una participación " consciente, activa y fructífera" de todos (SC11).

1072 " La sagrada Liturgia no agota toda la acción de la Iglesia" ( SC 9): debe ser precedida por la evangelización, la fe y la conversión; sólo así puede dar sus frutos en la vida de los fieles: la vida nueva según el Espíritu, el compromiso en la misión de la Iglesia y el servicio de su unidad.

                                                        Oración y Liturgia

1073 La Liturgia es también participación en la oración de Cristo, dirigida al Padre en el Espíritu Santo. En ella toda oración cristiana encuentra su fuente y su término. Por la Liturgia el hombre interior es enraizado y fundado ( Cf. Ef 3, 16-17) en " el gran amor con que el Padre nos amó" ( Ef 2, 4) en su Hijo amado. Es la misma " maravilla de Dios" que es vivida e interiorizada por toda oración " en todo tiempo, en el Espíritu" ( Ef 6, 18).

                                                      Catequesis y Liturgia

1074 " La Liturgia es la cumbre a la que tiende la acción de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza ( SC 10). Por tanto, es el lugar privilegiado de la catequesis del Pueblo de Dios. " La catequesis está intrínsicamente unida a toda la acción litúrgica y sacramental, porque es en los sacramentos, y sobre todo en la Eucaristía, donde Jesucristo actúa en plenitud para la transformación de los hombres" ( CT 23).

1075 La catequesis litúrgica pretende introducir en el Misterio de Cristo ( es " mistagogia"), procediendo de lo visible a lo invisible, del signo a lo significado, de los " sacramentos" a los  "misterios". Esta modalidad de catequesis corresponde hacerla a los catecismos locales y regionales. El presente catecismo, que quiere ser un servicio para toda la Iglesia, en la diversidad de sus ritos y sus culturas ( Cf. SC 3-4), enseña lo que es fundamental y común a toda la Iglesia en lo que se refiere a la Liturgia en cuanto misterio y celebración ( Primera sección), y a los siete sacramentos y los sacramentales ( segunda sección)" ( CIC 1071-1075).

Comentario:La liturgia cristiana es la promesa cumplida del movimiento de búsqueda de la historia de las religiones que ha llegado a su meta, pero sigue siendo liturgia de la esperanza. También ella sigue ostentando un carácter provisional. El nuevo templo, no hecho por mano de hombre, está presente pero, al mismo tiempo, está todavía en construcción. El gran gesto de abrazo que ofrece el crucificado, todavía no ha llegado a la meta, acaba de comenzar. La liturgia cristiana es una liturgia en camino, una liturgia del peregrinaje hacia la transformación del mundo que llegará a su cumplimiento cuando Dios lo sea " todo en todos".       

 

domingo, 3 de marzo de 2019

" La celebración del misterio cristiano" ( CIC 1066-1070)



                                                    " SEGUNDA PARTE

                                                La celebración del misterio cristiano

                                                      Razón de ser de la liturgia

1066 En el Símbolo de la fe, la Iglesia confiesa el misterio de la Santísima Trinidad y su " designio benevolente" ( Ef 1,9) sobre toda la creación: el Padre realiza el " misterio de su voluntad" dando a su Hijo amado y al Espíritu Santo para la salvación del mundo y para la gloria de su nombre. Tal es el misterio de Cristo ( Cf. Ef 3, 4), revelado y realizado en la historia según un plan, una " disposición" sabiamente ordenada que S. Pablo llama " la Economía del Misterio" ( Ef 3, 9) y que la tradición patrística llamará " la Economía del Verbo encarnado" o " la Economía de la salvación".

1067 " Cristo el Señor realizó esta obra de la redención humana y de la perfecta glorificación de Dios, preparada por las maravillas que Dios hizo en el pueblo de la Antigua Alianza, principalmente por el misterio pascual de su bienaventurada pasión, de su resurrección de entre los muertos y de su gloriosa ascensión. Por este misterio, " con su muerte destruyó nuestra muerte y con su resurrección restauró nuestra vida". Pues del costado de Cristo dormido en la cruz nació el sacramento admirable de toda la Iglesia" ( SC 5). Por eso, en la Liturgia, la Iglesia celebra principalmente el misterio pascual por el que Cristo realizó la obra de nuestra salvación.

1068 Es el Misterio de Cristo lo que la Iglesia anuncia y celebra en su Liturgia a fin de que los fieles vivan de él y den testimonio del mismo en el mundo:

                               En efecto, la Liturgia, por medio de la cual " se ejerce la obra de nuestra redención", sobre todo en el divino sacrificio de la Eucaristía, contribuye mucho a que los fieles, en su vida, expresen y manifiesten a los demás el misterio de Cristo y la naturaleza genuina de la verdadera Iglesia ( SC 2).

                                             Sgnificación de la palabra " Liturgia"

1069 La palabra " Liturgia" significa originariamente " obra o quehacer público", " servicio de parte de y en favor del pueblo". En la tradición cristiana quiere significar que el Pueblo de Dios toma parte en " la obra de Dios" ( Cf. Jn 17, 4). Por la Liturgia, Cristo, nuestro Redentor y Sumo Sacerdote, continúa en su Iglesia, con ella y por ella, la obra de nuestra redención.

1070 La palabra " Liturgia" en el Nuevo Testamento es empleada para designar no solamente la celebración del culto divino ( Cf. Hch 13, 2; Lc 1, 23), sino también el anuncio del Evangelio ( Cf. Rm 15, 16; Flp 2, 14-17. 30) y la caridad en acto ( Cf. Rm 15, 27; 2Co 9, 12; Flp 2, 25). En todas estas situaciones se trata del servicio de Dios y de los hombres. En la celebración litúrgica, la Iglesia es servidora, a imagen de su Señor, el único " liturgo" ( Cf. Hb 8, 2 y 6 ), del cual ella participa en su sacerdocio, es decir, en el culto, anuncio y servicio de la caridad:

                                   Con razón se considera la Liturgia como el ejercicio de la función sacerdotal de Jesucristo en la que, mediante signos sensibles, se significa y se realiza, según el modo propio de cada uno, la santificación del hombre y, así, el Cuerpo Místico de Cristo, esto es, la cabeza y sus miembros, ejerce el culto público. por ello, toda celebración litúrgica, como obra de Cristo Sacerdote y de su Cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por excelencia cuya eficacia, con el mismo título y en el mismo grado, no la iguala ninguna otra acción de la Iglesia ( SC 7)" ( CIC 1066-1070).

Comentario: La Liturgia en la celebración del misterio de Cristo no es capricho de la Iglesia que legisló cómo hacerla. El Papa Benedicto tiene un libro que se llama precisamente " El espiritu de la Liturgia"en el cula lleva a cabo una introducción rigurosa de carácter teológico, cuya finalidad es la de revelar el espíritu que anima la liturgia y, mediante ella a toda la Iglesia. " La liturgia hay que entenderla como oración inspirada y guiada por el Espíritu Santo mismo, en la que Cristo vuelve a ser contemporáneo nuestro y se introduce en nuestras vidas"