" II El respeto de la dignidad de las personas
El respeto del alma del prójimo: el escándalo
2284 El escándalo es la actitud o comportamiento que induce a otro a hacer el mal. El que escandaliza se convierte en tentador de su prójimo. Atenta contra la virtud y el derecho; puede ocasionar a su hermano la muerte espiritual.El escándalo constituye una falta grave, si por acción u omisión, arrastra deliberadamente a otro a una falta grave.
2285 El escándalo adquiere una gravedad particular según la autoridad de quienes lo causan o la debilidad de quienes lo padecen. Inspiró a nuestro Señor esta maldición: " Al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y le hundan en lo profundo del mar" ( Mt 18, 6; Cf. 1Co 8, 10-13). El escándalo es grave cuando es causado por quienes, por naturaleza o por función, están obligados a enseñar y educar a otros. Jesús, en efecto, lo reprocha a los escribas y fariseos; los compara a lobos disfrazados de corderos ( Cf. Mt 7,15).
2286 El escándalo puede ser provocado por la ley o por las instituciones, por la moda o por la opinión.
Así se hacen culpables de escándalo quienes instituyen leyes o estructuras sociales que llevan a la degradación de las costumbres y a la corrupción de la vida religiosa, o a "condiciones sociales que, voluntaria o involuntariamente, hacen ardua y prácticamente imposible una conducta cristiana conforme a los mandamientos ( Pío XII, discurso 1 de junio 1941). Lo mismo ha de decirse de los empresarios que imponen procedimientos que incitan al fraude, de los educadores que " exasperan" a sus alumnos ( Cf. Ef 6, 4; Col 3, 21), o de los que manipulando la opinión pública la desvían de los valores morales.
2287 El que usa los poderes de que dispone en condiciones que arrastren a hacer el mal se hace culpable de escándalo y responsable del mal que directa o indirectamente ha favorecido. " Es imposible que no vengan escándalos; pero, ¡ ay de aquel por quien vienen! " ( Lc 17, 1)." ( CIC 2284- 2287).
Comentario:
La responsabilidad de toda persona por sus actuaciones que pueden producir escándalo debería llevar a analizar cuidadosamente el uso de las redes sociales donde muchas veces se hace apología del delito, de la farsa, de la calumnia y se abandona el respeto a la honra y fama del prójimo.
El aborto, la eutanasia y las infidelidades matrimoniales son motivo de chisme y llevan a normalizar situaciones pecaminosas que deben animarnos a desagraviar al Señor con actos de mortificación y oración.