lunes, 26 de diciembre de 2016

" La profesión de la fe"( CIC 502-507)



                            " La maternidad virginal de María en el designio de Dios

"502 La mirada de la fe, unida al conjunto de la revelación, puede descubrir las razones misteriosas por las que Dios, en su designio salvífico, quiso que su Hijo naciera de una virgen. Estas razones se refieren tanto a la persona y a la misión redentora de Cristo como a la aceptación por María de esta misión para con los hombres.

503 La virginidad de María manifiesta la iniciativa absoluta de Dios en la encarnación. Jesús no tiene como Padre más que a Dios ( Cf. Lc 2, 48-49). " la naturaleza humana que ha tomado no le ha alejado jamás de su Padre...consubstancial con su Madre en nuestra humanidad, pero propiamente Hijo de Dios a sus dos naturalezas" ( Cc Friul en el año 796: DS 619).

504 Jesús fue concebido por obra del Espíritu Santo en el seno de la virgen María porque El es el Nuevo Adán ( Cf. 1Co 15, 45) que inaugura la nueva creación: " El primer hombre, salido de la tierra, es terreno; el "segundo viene del cielo" ( 1co 15, 47). La humanidad de Cristo, desde su concepción, está llena del Espíritu Santo porque Dios " le da el Espíritu sin medida" (Jn 3, 34). De  "su plenitud", cabeza de la humanidad redimida ( Cf. Col 1, 18), " hemos recibido todos gracia por gracia" ( Jn 1, 16).

505 Jesús, el nuevo Adán, inaugura por su concepción virginal el nuevo nacimiento de los hijos de adopción en el Espíritu Santo por la fe. " ¿ Cómo será esto? " ( lC 1, 34; Cf. Jn 3, 9). La participación en la vida divina no nace " de la sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de hombre sino de Dios" ( Jn 1, 13). La acogida de esta vida es virginal porque toda ella es dada al hombre por el Espíritu. El sentido esponsal de la vocación humana con relación a Dios ( Cf. 2Co 11, 2) se lleva a cabo perfectamente en la maternidad virginal de María.

506 María es virgen porque su virginidad es el signo de su fe " no adulterada por duda alguna" ( LG 63) y de su entrega total a la voluntad de Dios ( Cf. 1Co 7, 34-35). Su fe es la que le hace llegar a ser la madre del Salvador:"Biatior est Maria percipiendo fidem Christi quam concipiendo carnem Christi" ( " Más bienaventurada es María al recibir a Cristo por la fe que al concebir en su seno la carne de Cristo" San Agustín, virg. 3).

507 María es a la vez Virgen y Madre porque ella es la figura y la más perfecta realización de la Iglesia ( Cf. LG 53): " La Iglesia se convierte en Madre por la palabra de Dios acogida con fe, ya que, por la predicación y el bautismo, engendra para una vida nueva e inmortal a los hijos concebidos por el Espíritu Santo y nacidos de Dios. También ella es virgen que guarda íntegra y pura la fidelidad prometida al Esposo" ( LG 64). ( CIC 502-507).

Comentario: " María, reina de la paz, porque tuviste fe y creíste que se cumpliría el anuncio del Ángel, ayúdanos a crecer en la fe, a ser firmes en la esperanza, a profundizar en el Amor." San Josemaría " Es Cristo que pasa" homilía " El corazón de Cristo, paz de los cristianos"

lunes, 19 de diciembre de 2016

"La profesión de la fe "(CIC496-501)



                                                         "La virginidad de María"

"496 Desde las primeras formulaciones de la fe ( Cf. DS 10-64), la Iglesia ha confesado que Jesús fue concebido en el seno de la Virgen María únicamente por el poder del Espíritu Santo, afirmando también el aspecto corporal de este suceso: Jesús fue concebido " absque semine ex Spiritu Sancto" ( Cc. Letrán, año 649; DS 503), esto es, sin elemento humano, por obra del Espíritu Santo. Los Padres ven en la concepción virginal el signo de que es verdaderamente el Hijo de Dios el que ha venido en una humanidad como la nuestra:

                Así, san Ignacio de Antioquía ( comienzos del siglo II): " Estáis firmemente convencidos acerca de que nuestro Señor es verdaderamente de la raza de David según la carne ( Cf. Rm 1, 3), hijo de Dios según la voluntad y el poder de Dios ( Cf. Jn 1, 13), nacido verdaderamente de una virgen...Fue verdaderamente clavado por nosotros en su carne bajo Poncio Pilato...padeció verdaderamente, como también resucitó verdaderamente" ( Smyrn. 1- 2).

497 Los relatos evangélicos ( Cf. Mt 1, 18-25; Lc 1, 26-38) presentan la concepción virginal como una obra divina que sobrepasa toda comprensión y toda posibilidad humanas ( Cf. Lc 1, 34): " Lo concebido en ella viene del Espíritu Santo", dice el ángel a José a propósito de María, su desposada ( Mt 1, 20). La Iglesia ve en ello el cumplimiento de la promesa divina hecha por el profeta Isaías :  "He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo" ( Is 7, 14 según la traducción griega de Mt 1, 23).

498 A veces ha desconcertado el silencio del evangelio de san Marcos y de las cartas del Nuevo Testamento sobre la concepción virginal de María. También se ha podido plantear si no se trataría en este caso de leyendas o  de construcciones teológicas sin pretensiones históricas. A lo cual hay que responder: la fe en la concepción virginal de Jesús ha encontrado viva oposición, burlas o incomprensión por parte de los no creyentes, judíos y paganos ( Cf. San Justino, Dial 99,7; Orígenes, Cels. 1, 32, 69; entre otros); no ha tenido su origen en la mitología pagana ni en una adaptación de las ideas de su tiempo. El sentido de este misterio no es accesible más que a la fe que lo ve ese " nexo que reúne entre sí los misterios" ( DS 3016), dentro del conjunto de los Misterios de Cristo, desde su Encarnación hasta su Pascua. san Ignacio de Antioquía da ya testimonio de este vínculo :" El príncipe de este mundo ignoró la virginidad de María y su parto, así como la muerte del Señor: tres misterios resonantes que se realizaron en el silencio de Dios" ( Eph. 19, 1; Cf. 1Co 2, 8).

                                                         María, la siempre virgen

499 La profundización de la fe en la maternidad virginal ha llevado a la Iglesia a confesar la virginidad real y perpetua de María ( Cf. DS 427) incluso en el parto del Hijo de Dios hecho hombre ( Cf. DS 291; 294; 442; 503; 571; 1880). En efecto, el nacimiento de Cristo " lejos de disminuir consagró la integridad virginal" de su madre ( LG 57). La liturgia de la Iglesia celebra a María como la " Aeiparthenos", la " siempre virgen" ( Cf. LG 52).

500 A esto se objeta a veces que la Escritura menciona unos hermanos y hermanas de Jesús ( Cf. Mc 3, 31-55; 6, 3; 1Co 9, 5; Ga 1, 19). La Iglesia siempre ha entendido estos pasajes como no referidos a otros hijos de la Virgen  María; en efecto, Santiago y José " hermanos de Jesús" ( Mt 13, 55) son los hijos de una María discípula de Cristo ( Cf. Mt 27, 56) que se designa de manera significativa como  "la otra María" (Mt 28, 1). Se trata de parientes próximos de Jesús, según una expresión conocida del Antiguo Testamento ( Cf. Gn 13, 8; 14, 16; 29, 15).

501 Jesús es el Hijo único de María. Pero la maternidad espiritual de María se extiende ( Cf. Jn 19, 26- 27; Ap 12, 17) a todos los hombres a los cuales, El vino a salvar: " Dio a luz al Hijo, al que Dios constituyó el mayor de muchos hermanos ( Rm 8, 29), es decir, de los creyentes, a cuyo nacimiento y educación colabora con "amor de madre" ( LG 63)". ( CIC 496- 501).

Comentario: Dios al encarnarse podía adornar a su Madre con todos los dones que cualquier persona querría que tuviera su madre, El lo podía hacer y lo hizo, ella fue la "llena de gracia" antes, en y después del parto en atención a los méritos de su Hijo.







viernes, 9 de diciembre de 2016

" La profesión de la fe" (CIC 494-495)



                                                " Hágase en mí según tu palabra..."

"494 Al anuncio de que ella dará a luz al " Hijo del Altísimo " sin conocer varón, por virtud del Espíritu Santo ( Cf. Lc 1, 28-37), María respondió por " la obediencia de la fe" ( Rm 1, 5), segura de que  " nada hay imposible para Dios": " He aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra" ( Lc 1, 37-38). Así dando su consentimiento a la palabra de Dios, María llegó a ser Madre de Jesús y, aceptando de todo corazón la voluntad divina de salvación, sin que ningún pecado se lo impidiera, se entregó a sí misma por entero a la persona y a la obra de su Hijo, para servir, en su dependencia y con El, por la gracia de Dios, al Misterio de la Redención (Cf. LG 56).

                            Ella en efecto, como dice san Ireneo, " por su obediencia fue causa de la salvación propia y de la de todo el género humano". Por eso, no pocos Padres antiguos, en su predicación coincidieron con él en afirmar " el nudo de la desobediencia de Eva lo desató la obediencia de  María. Lo que ató la virgen Eva por su falta de fe lo desató la Virgen María por su fe". Comparándola con Eva, llaman a María " Madre de los vivientes" y afirman con mayor frecuencia:  "La muerte vino por Eva, la vida por María" ( LG 56).

                                                La maternidad divina de María

495 Llamada en los Evangelios: " la Madre de Jesús" ( Jn 2, 1; 19, 25: Cf. Mt 13, 55), María es aclamada bajo el impulso del Espíritu como " la Madre de mi Señor" desde el nacimiento de su Hijo ( Cf. Lc 1, 43). En efecto, aquel que ella concibió como hombre, por obra del Espíritu Santo y que se ha hecho verdaderamente su Hijo según la carne, no es otro que el Hijo eterno del Padre, la segunda persona de la Santísima Trinidad. La Iglesia confiesa que María es verdaderamente Madre de Dios
("Theotokos") ( Cf. DS 251).

Comentario: Hoy la Iglesia está celebrando la memoria de Sn Juan Diego, el indiecito a quien se aparece la Virgen de Guadalupe y a quien ella le dice, por la aflicción que sentía él por la enfermedad de su tío " No estoy yo aquí, que soy tu madre?". A nosotros también nos hace la misma pregunta cuando estamos afligidos y tristes y parafraseando a San Josemaría le podemos decir " Muéstrame que eres mi madre!!!"

lunes, 5 de diciembre de 2016

"La profesión de la fe"(CIC 487-493)



                                                       "II...Nació de la Virgen María"

"487 Lo que la fe católica cree acerca de María se funda en lo que cree acerca de Cristo, pero lo que enseña sobre María ilumina  a su vez la fe en Cristo.

                                                          La predestinación de María

488 "Dios envió a su Hijo" ( Ga 4, 4), pero para "formarle un cuerpo" ( Cf. Hb 10, 5) quiso la libre cooperación de una criatura. Para eso desde toda la eternidad, Dios escogió para ser la Madre de su Hijo, a una hija de Israel, una joven judía de Nazaret en Galilea, a " una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María" ( Lc 1, 26-27):

                   El Padre de las misericordias quiso que el consentimiento de la que estaba predestinada a ser la Madre precediera a la encarnación para que, así como una mujer contribuyó a la muerte, así también otra mujer contribuyera a la vida ( LG 56; cf. 61).

489 A lo largo de toda la Antigua Alianza, la misión de María fue preparada para la misión de algunas santas mujeres. Al principio de todo está Eva; a pesar de su desobediencia, recibe la promesa de una descendencia que será vencedora del Maligno ( Cf. Gn 3, 15) y la de ser Madre de todos los vivientes ( cf. Gn 3, 20). En virtud de esta promesa, Sara concibe un hijo a pesar de su edad avanzada ( Cf. Gn 18, 10-14; 21, 1-2). Contra toda expectativa humana, Dios escoge lo que era tenido por impotente y débil ( Cf. 1Co 1, 27) para mostrar la fidelidad a su promesa: Ana, la madre de Samuel ( Cf. 1S 1), Débora, Rut, Judit y Ester, y muchas otras mujeres. María " sobresale entre los humildes y los pobres del Señor, que esperan de El con confianza la salvación y la acogen. Finalmente, con ella, la excelsa Hija de Sión, después de la larga espera de la promesa, se cumple el plazo y se inaugura el nuevo plan de salvación" ( LG 55).


                                                 La Inmaculada Concepción  

490  Para ser la Madre del Salvador, María fue " dotada por Dios con dones a la medida de una misión tan importante" ( LG 56). El ángel Gabriel en el momento de la anunciación la saluda como "llena de gracia" ( Lc 1, 28). En efecto, para poder dar el asentimiento libre de su fe al anuncio de su vocación era preciso que ella estuviese totalmente poseída por la gracia de Dios.

491 A lo largo de los siglos, la Iglesia ha tomado conciencia de que María " llena de gracia" por Dios ( Lc 1, 28) había sido redimida desde su concepción. Es lo que confiesa el dogma de la Inmaculada Concepción proclamado en 1854 por el Papa Pío IX:

                              ...La bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de pecado original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo Salvador del género humana ( DS 2803).

492 Esta " resplandeciente santidad del todo singular " de la que ella fue " enriquecida desde el primer instante de su concepción "(LG 56), le viene toda entera de Cristo: ella es " redimida de la manera más sublime en atención a los méritos de su Hijo" ( LG 53). El Padre la ha " bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo" ( Ef. 1, 3) más que a ninguna otra persona creada. El la ha " elegido en El, antes de la creación del mundo para ser santa en inmaculada en su presencia, en el amor" ( Ef. 1, 4).

493 Los Padres de la tradición oriental llaman a la Madre de Dios " la Toda Santa" ("Panagia"), la celebran " como inmune de toda mancha de pecado y como plasmada por el Espíritu Santo y hecha una nueva criatura " ( LG 56). Por la gracia de Dios, María ha permanecido pura de todo pecado personal a lo largo de toda su vida. (CIC 487-493).

Comentario: El amor a la Virgen es consecuencia del amor a Nuestro Señor Jesucristo, ella con su fiat hizo posible nuestra redención y continúa cuidándonos como una tierna Madre hasta llevarnos santos y alegres a la presencia de Dios.