martes, 30 de abril de 2019

" La celebración del misterio cristiano" ( CIC 1113-1121)



                                                    " Artículo 2: El misterio pascual

                                                      en los sacramentos de la Iglesia 

1113 Toda la vida litúrgica de la Iglesia gravita en torno al sacrificio eucarístico y los sacramentos  (Cf. SC 6). Hay en la Iglesia siete sacramentos; Bautismo, Confirmación o Crismación, Eucaristía, Penitencia, Unción de los enfermos, Orden sacerdotal y Matrimonio ( Cf. DS 860; 1310; 1601). En este artículo se trata de lo que es común a los siete sacramentos de la Iglesia desde el punto de vista doctrinal. Lo que les es común bajo el aspecto de la celebración se expondrá en el Capítulo segundo, y lo que es propio de cada uno de ellos será objeto de la Segunda sección.

                                                          I Los sacramento de Cristo

1114 " Adheridos a la doctrina de las Santas Escrituras, a las tradiciones apostólicas y al sentimiento únanime de los Padres", profesamos que " los sacramentos de la nueva Ley fueron todos instituidos por nuestro Señor Jesucristo" ( DS 1600-1601).

1115 Las palabras y las acciones de Jesús durante su vida oculta y su ministerio público eran ya salvíficas. anticipaban la fuerza de su Misterio pascual. Anunciaban y preparaban aquello que El daría a la Iglesia cuando todo tuviese su cumplimiento. Los misterios de la vida de Cristo son los fundamentos de lo que en adelante, por los ministros de su Iglesia, Cristo dispensa en los sacramentos, porque " lo que era visible en nuestro Salvador ha pasado a sus Misterios" ( S León Magno, serm. 74, 2).

1116 Los sacramentos, como " fuerzas que brotan" del Cuerpo de Cristo ( Cf. Lc 5, 17; 6, 19; 8, 46) siempre vivo y vivificante, y como acciones del Espíritu Santo que actúa en su Cuerpo que es la Iglesia, son " las obras maestras de Dios" en la nueva y eterna Alianza.

                                                 II Los sacramentos de la Iglesia

1117 Por el Espíritu que la conduce " a la verdad completa" ( Jn 16, 13), la Iglesia reconoció poco a poco este tesoro recibido de Cristo y precisó su " dispensación", tal como lo hizo con el canon de las Sagradas Escrituras y con la doctrina de la fe, como fiel dispensadora de los misterios de Dios ( Cf. Mt 13, 52; 1Co 4, 1). Así, la Iglesia ha precisado a lo largo de los siglos, que, entre sus celebraciones litúrgicas, hay siete que son, en el sentido propio del término, sacramentos instituidos por el Señor

1118 Los sacramentos son " de la Iglesia" en el doble sentido de que existen " por ella" y " para ella". Existen " por la Iglesia" porque ella es el sacramento de la acción de Cristo que actúa en ella gracias a la misión del Espíritu Santo. Y existen " para la Iglesia", porque ellos son " sacramentos que constituyen la Iglesia" ( San Agustín, civ. 22, 17; Santo Tomás de A.,s,th, 3, 64, 2 ad 3), manifiestan y comunican a los hombres, sobre todo en la Eucaristía, el misterio de la Comunión del Dios Amor, uno en tres Personas.

1119 Formando con Cristo-Cabeza " como una única persona mística" ( Pío XII, enc- " Mystici Corporis"), la Iglesia actúa en los sacramentos como " comunidad sacerdotal"; " orgánicamente estructurada" ( LG 11): gracias al Bautismo y la Confirmación, el pueblo sacerdotal se hace apto para celebrar la Liturgia; por otra parte, algunos fieles " que han recibido el sacramento del Orden están instituidos en nombre de Cristo para ser los pastores de la Iglesia con la palabra y la gracia de Dios"  (LG 11).

1120 El ministerio ordenado o sacerdocio ministerial ( LG 10) está al servicio del sacerdocio bautismal. Garantiza que, en los sacramentos, sea Cristo quien actúa por el Espíritu Santo en favor de la Iglesia. La misión de salvación confiada por el Padre a su Hijo encarnado es confiada a los apóstoles y por ellos a sus sucesores: reciben el espíritu de Jesús para actuar en su nombre y en su persona ( Cf. Jn 20, 21-23; Lc 24, 47; Mt 28, 18-20). Así, el ministro ordenado es el vínculo sacramental que une la acción litúrgica a lo que dijeron y realizaron los apóstoles, y por ellos a lo que dijo y realizó Cristo, fuente y fundamento de los sacramentos.

1121 Los sacramentos del Bautismo, de la Confirmación y del Orden sacerdotal confieren, además de la gracia, un carácter sacramental o " sello" por el cual el cristiano participa del sacerdocio de Cristo y forma parte de la Iglesia según estados y funciones diversos. Esta configuración con  Cristo y con la Iglesia, realizada por el Espíritu, es indeleble ( Cc de Trento: DS 1609); permanece para siempre en el cristiano como disposición positiva para la gracia, como promesa y garantía de la protección divina y como vocación al culto divino y al servicio de la Iglesia. Por tanto, estos sacramentos no pueden ser reiterados." ( CIC 1113- 1121).

Comentario: Estudiar la celebración del misterio cristiano nos ayuda a entender la importancia de los sacramentos y a valorar cada uno de ellos como garantía de nuestra aceptación de la Voluntad de Dios que nos dá su gracia para alcanzar la felicidad eterna.

 

 

 

domingo, 21 de abril de 2019

" La celebración del misterio cristiano" ( CIC 1110-1112)



                                                              " Resumen

1110 En la Liturgia de la Iglesia, Dios Padre es bendecido y adorado como la fuente de todas las bendiciones de la creación y de la salvación, con las que nos ha bendecido en su Hijo para darnos el Espíritu de adopción filial.

1111 La obra de Cristo en la Liturgia es sacramental porque su Misterio de salvación se hace presente en ella por el poder del Espíritu Santo; porque su Cuerpo, que es la Iglesia, es como el sacramento ( signo e instrumento) en el cual el Espíritu Santo dispensa el Misterio de la salvación; porque a través de sus acciones litúrgicas, la Iglesia peregrina participa ya, como en primicias, en la Liturgia celestial.

1112 La misión del Espíritu Santo en la Liturgia de la Iglesia es la de preparar la Asamblea para el encuentro con Cristo; recordar y manifestar a Cristo a la fe de la asamblea de creyentes; hacer presente y actualizar la obra salvífica de Cristo por su poder transformador y hacer fructificar el don de la comunión en la Iglesia" (CIC 1110-1112).

Comentario: " La simultaneidad con la Pascua de Cristo que tiene lugar en la eucaristía de la Iglesia es. después de todo, también una realidad antropológica... La liturgia me remite, en efecto, a la vida cotidiana, a mí en mi existencia personal. Apunta, tal y como vuelve a decir San Pablo en la Carta a los Romanos, a que " nuestros cuerpos" ( es decir, nuestra existencia terrena real") se conviertan en "víctimas vivas ", unidas al " sacrificio" de Cristo ( Rom 12,1). Sólo así se explica esa característica propia de toda liturgia cristiana: la intensidad con que pedimos a Dios que acepte nuestros dones." ( Cf. Joseph Ratzinger " El espiritu de la liturgia")

 


 

sábado, 13 de abril de 2019

" La celebración del misterio cristiano" ( CIC 1104-1109)



                                             " El Espíritu Santo actualiza el misterio de Cristo

1104 La Liturgia cristiana no sólo recuerda los acontecimientos que nos salvaron, sino que los actualiza, los hace presentes. El Misterio pascual de Cristo se celebra, no se repite; son las  celebraciones  las que se repiten; en cada una de ellas tiene lugar la efusión del Espíritu Santo que actualiza el único Misterio.

1105 La Epiclesis ( " invocación sobre") es la intercesión mediante la cual el sacerdote suplica al Padre que envíe el Espíritu santificador para que las ofrendas se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Cristo y para que los fieles, al recibirlos, se conviertan ellos mismos en ofrenda viva para Dios.

1106 Junto con la Anamnesis, la Epiclesis es el centro de toda celebración sacramental, y muy particularmente de la Eucaristía:

                                Preguntas cómo el pan se convierte en el Cuerpo de Cristo y el vino...en Sangre de Cristo. Te respondo: el Espíritu Santo irrumpe y realiza aquello que sobrepasa toda palabra y todo pensamiento...Que te baste oír que es por la acción del Espíritu Santo, de igual modo que gracias a la Santísima Virgen y al mismo Espíritu, el Señor, por sí mismo y en sí mismo asumió la carne humana ( San Juan Damasceno, f.o., IV, 13).

1107 El poder transformador del Espíritu Santo en la Liturgia apresura la venida del Reino y la consumación del Misterio de la salvación. En la espera y en la esperanza nos hace realmente anticipar la comunión plena con la Trinidad Santa. Enviado por el Padre, que escucha la Epiclesis de la Iglesia, el Espíritu da la vida a los que lo acogen, y constituye para ellos, ya desde ahora, " las arras" de su herencia ( Cf. Ef 1, 14; 2Co 1, 22).

                                              La comunión del Espíritu Santo

1108 La finalidad de la misión del Espíritu Santo en toda acción litúrgica es poner en comunión con Cristo para formar su Cuerpo. El Espíritu Santo es como la savia de la viña del Padre que da su fruto en los sarmientos ( Cf. Jn 15, 1-17; Ga 5, 22). En la Liturgia se realiza la cooperación más íntima entre el Espíritu Santo y la Iglesia. El espíritu de comunión permanece indefectiblemente en la Iglesia, y por eso la Iglesia es el gran sacramento de la comunión divina que reúne a los hijos de Dios dispersos. El fruto del Espíritu en la Liturgia es inseparablemente comunión con la Trinidad Santa y comunión fraterna ( Cf. 1Jn 1, 3-7).

1109 La Epiclesis es también oración por el pleno efecto de la comunión de la asamblea con el Misterio de Cristo. " La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios Padre y la comunión del Espíritu santo" ( 2Co 13, 13) deben permanecer siempre con nosotros y dar frutos más allá de la celebración eucaristíca. La Iglesia, por tanto, pide al Padre que envíe el Espíritu Santo para que haga de la vida de los fieles una ofrenda viva a Dios mediante la transformación espiritual a imagen de Cristo, la preocupación por la unidad de la Iglesia y la participación en su misión por el testimonio y el servicio de la caridad." ( CIC 1104-1109).

Comentario: Estudiando la explicación del Catecismo de la Iglesia Católica sobre la celebración del misterio cristiano entendemos los gestos y palabras que hemos escuchado tantas veces cuando hemos asistido a la Santa Misa, ahora debemos valorar más la fidelidad de la Iglesia para transmitir y custodiar este regalo de nuestro Padre Dios para ayudarnos a " ser perfectos " como El mismo es  "perfecto" y para lograrlo debemos " amarnos unos a otros" como Cristo nos amó, hasta dar la vida por nosotros.

   

domingo, 7 de abril de 2019

" La celebración del misterio cristiano" ( 1099-1103)



                                       " El Espíritu Santo recuerda el Misterio de Cristo

1099 El Espíritu y la Iglesia cooperan en la manifestación de Cristo y de su obra de salvación en la Liturgia. Principalmente en la Eucaristía, y análogamente en los otros sacramentos, la Liturgia es Memorial del Misterio de la salvación. El Espíritu Santo es la memoria viva de la Iglesia ( cf. Jn 14, 26).

1100 La Palabra de Dios. El Espíritu Santo recuerda primeramente a la asamblea litúrgica el sentido del acontecimiento de la salvación dando vida a la Palabra de Dios que es anunciada para ser recibida y vivida:

                 La importancia de la Sagrada Escritura en la celebración de la Liturgia es máxima. En efecto, de ella se toman las lecturas que luego se explican en la homilía, y los salmos que se cantan; las preces, oraciones e himnos litúrgicos están impregnados de su aliento y su inspiración; de ella reciben su significado las acciones y los signos ( SC 24).

1101 El Espíritu Santo es quien da a los lectores y a los oyentes, según las disposiciones de sus corazones, la inteligencia espiritual de la Palabra de Dios. A través de las palabras, las acciones y los símbolos que constituyen la trama de una celebración, el Espíritu Santo pone a los fieles y a los ministros en relación viva con Cristo, Palabra e imagen del Padre, a fin de que puedan hacer pasar a su vida el sentido de lo que oyen, contemplan y realizan en la celebración.

1102 " La fe se suscita en el corazón de los no creyentes y se alimenta en el corazón de los creyentes con la palabra de la salvación. Con la fe empieza y se desarrolla la comunidad de los creyentes" ( PO 4). El anuncio de la Palabra de Dios no se reduce a una enseñanza: exige la respuesta de fe, como consentimiento y compromiso, con miras a la Alianza entre Dios y su Pueblo. Es también el Espíritu Santo quien da la gracia de la fe, la fortalece y la hace crecer en la comunidad. La asamblea litúrgica es ante todo comunión en la fe.

1103 La Anamnesis. La celebración litúrgica se refiere siempre a las intervenciones salvíficas de Dios en la historia. " El plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsicamente ligadas;...Las palabras proclaman las obras y explican su misterio" ( DV 2). En la Liturgia de la Palabra, el Espíritu Santo " recuerda" a la asamblea todo lo que Cristo ha hecho por nosotros. Según la naturaleza de las acciones litúrgicas y las tradiciones rituales de las Iglesias, una celebración " hace memoria" de las maravillas de Dios en una Anamnesis más o menos desarrollada. El Espíritu Santo, que despierta así la memoria de la Iglesia, suscita entonces la acción de gracias y la alabanza ( Doxología) " ( CIC 1099-1103).

Comentario: Entendemos ahora la importancia de asistir a la Eucaristía completa para escuchar las lecturas de la misa y la homilía como partes fundamentales para alimentar nuestra fe. Hagamos propósito de asistir a la Santa Misa con devoción y tratando de poner en práctica los afectos e inspiraciones que el espíritu Santo suscita en nuestros corazones para ser fieles a la voluntad de Dios.