lunes, 27 de noviembre de 2017

" Ls profesión de la fe" (CIC 711-716)



                              " La espera del Mesìas y de su Espíritu



711 " He aquí que yo lo renuevo" ( Is 43, 19): dos líneas proféticas se van a perfilar, una se refiere a la espera del Mesìas, la otra al anuncio de una Espíritu nuevo, y las dos convergen en el pequeño Resto, el Pueblo de los Pobres ( Cf. So 2, 3), que aguardan en la esperanza la " consolación de Israel" y la  "redención de Jerusalén " ( Cf. Lc 2, 25.38).

                             Ya se ha dicho como Jesùs cumple las profesas que a El se refieren. A continuación se describen aquellas en qué aparece sobre todo la relación del Mesìas y de su Espíritu.

712 Los rasgos del rostro del Mesìas esperado comienzan a aparecer en el libro del Emmanuel ( Cf. Is 6, 12) " cuando Isaías tuvo la visión de la Gloria " de Cristo: ( Jn 12, 41), en particular en Is 11, 1-2:
                          
                           Saldrá un vástago del Tronco de Jesé,
                           y un retoño de sus raíces brotará.
                           Reposarà sobre El el Espíritu del Señor:
                           espíritu de sabiduría e inteligencia,
                           espíritu de consejo y de fortaleza,
                           espíritu de ciencia y de temor del Señor.

713 Los rasgos del Mesìas se revelan sobre todo en los Cantos del Siervo ( Cf. Is 42, 1-9; Cf. Mt 12, 18-21; Jn 1, 32-34; después Is 49, 1-6; Cf. Mt 3, 17; Lc 2, 32, y en fin Is 50, 4-10 y 52, 13-53, 12). Estos cantos anuncian el sentido de la Pasión de Jesùs, e indican así cómo enviará el Espíritu Santo para vivificar a la multitud : no desde fuera, sino desposándose con nuestra " condición de esclavos" ((Flp 2, 7). Tomando sobre sí nuestra muerte, puede comunicarnos su propio Espíritu de vida.

714 Por eso Cristo inaugura el anuncio de la Buena Nueva haciendo suyo este pasaje de Isaías ( Lc 4, 18-19; Cf. Is 61, 1-2):

                           El Espíritu del Señor está sobre mí,
                           porque me ha ungido.
                           Me ha enviado a anunciar
                           a los pobres la Buena Nueva,
                           a proclamar la liberación a los cautivos
                           y la vista a los ciegos,
                           para dar libertad a los oprimidos
                           y proclamar un año de gracia del Señor.

715 Los textos proféticos que se refieren directamente al envío del Espíritu Santo son oráculos en los que Dios habla al corazón de su Pueblo en el lenguaje de la promesa, con los acentos del " amor y de la fidelidad" ( Cf. Ez 11, 19; 36, 25-28; 37, 1-14; Jr 31, 31-34; y Jl 3, 1-5), cuyo cumplimiento proclamará san Pedro la mañana de Pentecostés ( Cf. Hah 2, 17-21). Según estas promesas, en los ""últimos tiempos", el Espíritu del Señor renovará el corazón de los hombres grabando en ellos una Ley nueva; reunirá y reconciliará a los pueblos dispersos y divididos; transformará la primera creación y Dios habitará en ella con los hombres en la paz.

716 El Pueblo de los " pobres" ( Cf. So 2, 3; Sal 22, 27; 34, 3; Is 49, 13; 61, 1; etc. ), los humildes y los mansos, totalmente entregados a los designios misteriosos de Dios, los que esperan la justicia, no de los hombres sino del Mesìas, todo esto es, finalmente, la gran obra de la Misión escondida del Espíritu Santo durante el tiempo de las Promesas para preparar la venida de Cristo. Esta es la calidad de corazón del Pueblo, purificado e iluminado por el Espíritu, que se expresa en los Salmos. En estos pobres, el Espíritu prepara para el Señor " un pueblo bien dispuesto" ( Cf. Lc 1, 17). " ( CIC 711-716).

Comentario:  La historia de la salvación es la historia del Amor de Dios por cada uno de nosotros.Vale la pena jugarse la vida, entregarse por entero, para corresponder al amor y a la confianza que Dios deposita en nosotros. El mensaje divino de victoria, de alegría y de paz de la Pentecostés debe ser el fundamento inquebrantable en el modo de pensar, de reaccionar y de vivir de todo cristiano.

domingo, 19 de noviembre de 2017

" La profesión de la fe" ( CIC 707-710)




                                  " En las Teofanìas y en la Ley


707 Las Teofanìas ( manifestaciones de Dios) iluminan el camino de la Promesa, desde los Patriarcas a Moisés y desde Josué hasta las visiones que inauguran la misión de los grandes profetas. La tradición cristiana siempre ha reconocido que en estas Teofanìas, el Verbo de Dios se dejaba ver y oír, a la vez revelado y " cubierto" por la nube del Espíritu Santo.

708 Esta pedagogía de Dios aparece especialmente en el don de la Ley ( Cf. Ex 19-20; Dt 1-11; 29-30). La letra de la Ley fue dada como un " pedagogo" para conducir al Pueblo hacia Cristo ( Ga 3, 24). Pero su impotencia para salvar al hombre privado de la "semejanza" divina y el conocimiento creciente que ella da del pecado ( Cf. Rm 3, 20) suscitan el deseo del Espíritu Santo. Los gemidos de los Salmos lo atestiguan.

                                        En el Reino y en el Exilio


709  La Ley, signo de la Promesa y de la Alianza, habría debido regir el corazón y las instituciones del Pueblo salido de la fe de Abraham. " Si de veras escucháis mi voz y guardáis mi alianza... seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa" ( Ex 19, 5-6; Cf. 1P 2,9). Pero, después de David, Israel sucumbe a la tentación de convertirse en un reino como las demás naciones. Pues bien, el Reino objeto de la promesa hecha a David ( Cf. 2S 7; Sal 88; Lc 1, 32-33) será obra del Espíritu Santo; pertenecerá a los pobres según el Espíritu.

710 El olvido de la Ley y la infidelidad a la Alianza llevan a la muerte: el Exilio, aparente fracasa de las Promesas, es en realidad fidelidad misteriosa del Dios Salvador y comienzo de una restauración prometida, pero según el Espíritu. Era necesario que el Pueblo de Dios sufriese esta purificación ( Cf. Lc 24, 26); el Exilio lleva ya la sombra de la Cruz en el Designio de Dios, y el Reino de pobres que vuelven del Exilio es una de las figuras más transparentes de la Iglesia" (CIC 707-710).

Comentario: Dentro de la Historia de la Salvación es importante reconocer la importancia del pueblo judìo como depositario de la Promesa porque, en el contexto histórico de su tiempo es el único pueblo monoteísta y sólo cuando el hombre reconoce al Creador  es posible que El se manifieste. Aparentemente podemos tener la tentación de desaliento porque hemos conocido la Ley y Cristo ha venido para explicarnos el Amor del Padre y aún el mundo está lejos de cumplir sus mandamientos  ¿Por qué esta paradoja?... Porque Dios no quiere esclavos, sino hijos y respeta nuestra libertad.

martes, 14 de noviembre de 2017

" La profesión de la fe" ( CIC 702-706)




" III El Espíritu y la Palabra de Dios en el tiempo de las    promesas



702 Desde el comienzo y hasta " la plenitud de los tiempos" ( Ga 4, 4), la Misión conjunta del Verbo y del Espíritu del Padre permanece oculta pero activa. El Espíritu de Dios preparaba entonces el tiempo del Mesìas, y ambos sin estar todavía plenamente revelados, ya han sido prometidos a fin de ser esperados y aceptados cuando se manifiesten. Por eso, cuando la Iglesia lee el Antiguo Testamento ( Cf. 2Co 3, 14), investiga en él ( Cf. Jn 5, 39-46) lo que el Espíritu, " que habla por los profetas" , quiere decirnos acerca de Cristo:

                Por " profetas", la fe de la Iglesia entiende aquí a todos los que el Espíritu Santo, en el vivo anuncio y en la redacción de los Libros Santos, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. La tradición judía distingue la Ley ( los cinco primeros libros o Pentateuco), los Profetas ( que nosotros llamamos libros históricos y proféticos) y los escritos ( sobre todo sapienciales), en particular los Salmos. ( Cf. Lc 24, 44).

                                                   En la Creación


703 La Palabra de Dios y su Soplo están en los orígenes del ser y de la vida de toda criatura ( Cf. Sal 33,6;104,30; Gn 1,2; 2,7; Qo3,20-21; Ez 37,10).

               Es justo que el Espíritu Santo reine, santifique y anime la creación porque es Dios consubstancial al Padre y al Hijo....a El se le da el poder sobre la vida, porque siendo Dios guarda la creación en el Padre por el Hijo ( Liturgia bizantina, Tropario de maitines, domingos del segundo modo).

704 " En cuanto al hombre, es con sus propias manos ( es decir, el Hijo y el Espíritu Santo) como Dios lo hizo...y El dibujo sobre la carne moldeada su propia forma, de modo que incluso lo que fuese visible llevase la forma divina" ( San Irene, del.11).

                                          El Espíritu de la promesa


705 Desfigurado por el pecado y por la muerte, el hombre continúa siendo " a imagen de Dios" a imagen del Hijo, pero " privado de la Gloria de Dios" ( Rm 3, 23), privado de la " semejanza". La Promesa hecha a Abraham inaugura la Economía de la Salvación, al final de la cual el Hijo mismo  asumirá " la imagen" ( Cf. Jn 1,14; Flp 2, 7) y la restaurará en la " semejanza" con el Padre volviéndole a dar la Gloria, el Espíritu " que da la Vida".

706 Contra toda esperanza humana, Dios promete a Abraham una descendencia, como fruto de la fe y del poder del Espíritu Santo ( Cf. Gn 18, 1-15; Lc 1, 26-38. 54-55; Jn 1, 12-13; Rm 4, 16-21). En ella serán bendecidas todas las naciones de la tierra ( Cf. Gn 12, 3). Esta descendencia será Cristo ( Cf. Ga 3, 16)en quien la efusión del Espíritu Santo formará " la unidad de los hijos de Dios dispersos" ( Cf. Jn 11, 52). Comprometiéndose con juramento ( Cf. Lc 1, 73), Dios se obliga ya al don de su Hijo Amado ( Cf. Gn 22, 17-19; Rm 8, 32; Jn 3, 16) y al don del Espíritu Santo de la Promesa   que es prenda...para redención del Pueblo de su posesión " ( Ef 1, 13-14; Cf. Ga 3, 14):" (CIC 702-706).


Comentario: Por grandes que sean nuestras limitaciones, los hombres podemos mirar con confianza a los cielos y sentirnos llenos de alegría: Dios nos ama y nos libra de nuestros pecados. La experiencia de nuestra debilidad y de nuestros fallos, la desedificaciòn que puede producir el espectáculo doloroso de la pequeñez o incluso de la mezquindad de algunos que se llaman cristianos, el aparente fracaso o la desorientación de algunas empresas apostólicas, todo eso - el comprobar la realidad del pecado y de las limitaciones humanas- puede sin embargo constituir una prueba para nuestra fe, y hacer que se insinúen la tentación y la duda: ¿ dónde están la fuerza y el poder de Dios? Es el momento de reaccionar, de practicar de manera más pura y más recia nuestra esperanza, y por tanto, de procurar que sea más firme nuestra fidelidad.      

lunes, 6 de noviembre de 2017

" La profesión de la fe" ( CIC 696-701)


 Continuación..

                         " Los sìmbolos del Espiritu Santo"


" 696  El fuego. Mientras  que el agua  significaba el nacimiento y la fecundidad de la Vida dada en el Espíritu Santo, el fuego simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu Santo. El profeta Elías que " surgió como el fuego y cuya palabra abrazaba como antorcha" ( Si 48, 1), con su oración, atrajo el fuego del cielo sobre el sacrificio del Monte Carmelo ( Cf. 1R 18, 38-39), figura del fuego del Espíritu Santo que transforma lo que toca. Juan Bautista " que precede al Señor con el espíritu y el poder de Elías " ( Lc 1, 17), anuncia a Cristo como el que " bautizará en el Espíritu Santo y el fuego" ( Lc 3, 16), Espíritu del cual Jesùs dirá: " He venido a traer fuego sobre la tierra y ¡ cuánto desearía que ya estuviese encendido!" ( Lc 12, 49). Es bajo la forma de lenguas  " como de fuego",como el  Espíritu Santo se posa sobre los discípulos la mañana de Pentecostés y los llenó de El ( Hch 2, 3-4). La tradición espiritual conservará este simbolismo del fuego como uno de los más expresivos de la acción del Espíritu Santo ( Cf. San Juan de la Cruz, Llama de amor viva). " No extingáis el Espíritu" ( 1Ts 5, 19).

697 La nube y la luz. Estos dos símbolos son inseparables en las manifestaciones del Espíritu Santo. Desde las teofanìas del Antiguo Testamento, la Nube, unas veces oscura, otras luminosa, revela a Dios vivo y salvador tendiendo así un velo sobre la trascendencia de su gloria: con Moisés en la montaña del Sinaí ( Cf. Ex 24, 15-18), en la Tienda de Reunión ( Cf. Ex  33, 9-10) y durante la marcha por el desierto ( Cf. Ex 40, 36-38; 1Co 10, 1-2); con Salomon en la dedicación del Templo  (Cf. 1R 8, 10-12). Pues bien, estas figuras son cumplidas por Cristo en el Espíritu Santo. El es quien desciende sobre la Virgen Maria y la cubre " con su sombra" para que ella conciba y dé a luz a Jesùs  (Lc 1, 35). En la montaña de la Transfiguración es El quien " vino en una nube y cubrió con su sombra " a Jesùs, a Moisés y a Elías, a Pedro, Santiago y Juan, y " se oyó una voz desde la nube que decía: ' Este es mi Hijo, mi Elegido, escuchadle' " ( Lc 9, 34-35). Es finalmente, la misma nube la que " oculta a Jesùs a los ojos" de los discípulos el día de la Ascensión ( Hch 1, 9) y la que lo revelará como Hijo del hombre en su Gloria el día de su Advenimiento ( cf. Lc 21, 27).

698 El sello es un símbolo cercano al de la unción. En efecto, es Cristo a quien " Dios ha marcado con su sello" ( Jn 6, 27) y el Padre nos marca también en El con su sello ( 2Co 1, 22; Ef 1, 13; 4, 30). Como la imagen del sello ( "sphragis" ) indica el carácter indeleble de la Unción del Espíritu Santo en los sacramentos del Bautismo, de la Confirmación y del Orden, esta imagen se ha utilizado en ciertas tradiciones teológicas para expresar el " carácter" imborrable impreso por estos tres sacramentos, los cuales no pueden ser reiterados.

699 La mano. Imponiendo las manos Jesùs cura a los enfermos ( Cf. Mc 6, 5; 8, 23) y bendice a los niños ( Cf. Mc 10, 16). En su Nombre, los apóstoles harán lo mismo ( Cf. Mc 16, 18; Hch 5, 12; 14, 3). Más aún, mediante la imposición de las manos de los apóstoles el Espíritu Santo nos es dado  ( Cf. Hch 8, 17-19; 13, 3; 19, 6). En la Carta a los hebreos, la imposición de las manos figura en el número de los " artículos fundamentales " de su enseñanza ( Cf. Hb 6, 2). Este signo de la efusión todopoderosa del Espíritu Santo, la Iglesia lo ha conservado en sus epiclesis sacramentales.

700 El dedo. " Por el dedo de Dios expulso yo ( Jesùs) los demonios" ( Lc 11, 20). Si la ley de Dios ha sido escrita en tablas de piedra " por el dedo de Dios" ( Ex 31, 18), la " carta de Cristo" entregada " está escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en las tablas de carne del corazón" ( 2Co 3, 3). El himno " Veni Creator" invoca al Espíritu Santo como " dígitus paternae dexterae"  ( " dedo de la diestra del Padre").

701 La paloma. Al final del diluvio ( cuyo simbolismo se refiere al Bautismo), la paloma soltada por Noé vuelve con una rama tierna de olivo en el pico, signo de que la tierra es habitable de nuevo ( Cf. Gn 8, 8-12). Cuando Cristo sale del agua de su bautismo, el Espíritu Santo, en forma de paloma, baja y se posa sobre El ( Cf. Mt 3, 16 par.). El Espíritu desciende y reposa en el corazón purificado de los bautizados. En algunos templos la santa Reserva eucarística se conserva en un receptáculo metálico en forma de paloma ( el columbarium), suspendido por encima del altar. El símbolo de la paloma para sugerir al Espíritu Santo es tradicional en la iconografía cristiana." ( CIC 696-701).

Comentario : El Señor, nos dice la Escritura, nos ha salvado haciéndonos renacer por el Bautismo, renovándonos por el Espíritu Santo, que El derramó copiosamente sobre nosotros por Jesucristo Salvador nuestro, para que justificados por la gracia, vengamos a ser herederos de la vida eterna conforme a la esperanza que tenemos. 

Conocer los simbolismos del Espíritu Santo nos ayuda a entender la iconografía de los ornamentos sagrados y de las pinturas que vemos en las iglesias y ver su fundamento en  la Sagrada Escritura.