sábado, 28 de enero de 2023

" La vida en Cristo" ( 2238- 2243)

 


                                                 " Deberes de los ciudadanos


2238   Los que están sometidos a la autoridad deben mirar a sus superiores como representantes de Dios que los ha instituido ministros de sus dones ( Cf. Rm 13, 1-2): " Sed sumisos, a causa del Señor, a toda institución humana.... Obrad como hombres libres, y no como quienes hacen de la libertad un pretexto para la maldad, sino como siervos de Dios " ( 1P 2, 13, 16). Su colaboración leal entraña el derecho, a veces el deber, de ejercer una justa crítica de lo que les parece perjudicial para la dignidad de las personas o el bien de la comunidad.

2239   Deber de los ciudadanos es cooperar con la autoridad civil al bien de la sociedad en espíritu de verdad, justicia, solidaridad y libertad. El amor y el servicio de la patria forman parte del deber de gratitud y del orden de la caridad. La sumisión a las autoridades legítimas y el servicio del bien común exigen de los ciudadanos que cumplan con su responsabilidad en la vida de la comunidad política.

2240   La sumisión a la autoridad y la corresponsabilidad en el bien común exigen moralmente el pago de los impuestos, el ejercicio del derecho al voto, la defensa del país:

Dad a cada cual lo que se le debe: a quien impuestos, impuestos; a quien tributo, tributo; a quien respeto, respeto; a quien honor, honor ( Rm 13, 7).

Los cristianos residen en su propia patria, pero como extranjeros domiciliados. Cumplen todos sus deberes de ciudadanos y soportan todas sus cargas como extranjeros... Obedecen a las leyes establecidas, y su manera de vivir está por encima de las leyes...Tan noble es el puesto que Dios les ha asignado, que no les está permitido desertar ( Epístola a Diogneto, 5 5. 10; 6, 10).

El apóstol nos exhorta a ofrecer oraciones y acciones de gracias por los reyes y por todos los que ejercen la autoridad, " para que podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y dignidad" ( 1 Tm 2, 2).

2241   Las naciones más prósperas tienen el deber de acoger, en cuanto sea posible, al extranjero que busca la seguridad y los medios de vida que no puede encontrar en su país de origen. Las autoridades deben velar para que se respete el derecho natural que coloca al huésped bajo la protección de quienes lo reciben.

Las autoridades civiles, atendiendo al bien común de aquellos que tienen a su cargo, pueden subordinar el ejercicio del derecho de inmigración a diversas condiciones jurídicas, especialmente en lo que concierne a los deberes de los emigrantes respecto al país de adopción. El inmigrante está obligado a respetar con gratitud el patrimonio material y espiritual del país que lo acoge, a obedecer sus leyes y contribuir a sus cargas.

2242   El ciudadano tiene obligación en conciencia de no seguir las prescripciones de las autoridades civiles cuando estos preceptos son contrarios a las exigencias del orden moral, a los derechos fundamentales de las personas o a las ensañanzas del Evangelio. El rechazo de la obediencia a las autoridades civiles, cuando sus exigencias son contrarias a las de la recta conciencia, tiene su justificación en la distinción entre el servicio de Dios y el servicio de la comunidad política. " Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios " ( Mt 22, 21). " Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres" ( Hch 5, 29).

Cuando la autoridad pública, excediéndose en sus competencias, oprime a los ciudadanos, éstos no deben rechazar las exigencias objetivas del bien común; pero les es lícito defender sus derechos y los de sus conciudadanos contra el abuso de esta autoridad, guardando los límites que señala la ley natural y evangélica ( GS 74, 5).

2243   La resistencia a la opresión de quienes gobiernan no podrá recurrir legítimamente a las armas sino cuando se reúnan las condiciones siguientes: 1) en caso de violaciones ciertas, graves y prolongadas de los derechos fundamentales; 2) después de haber agotado todos los otros recursos; 3) sin provocar desórdenes peores; 4) que haya esperanza fundada de éxito; 5) si es imposible prever razonablemente soluciones mejores." ( CIC 2238-2243).

Comentario:

En su sabiduría el Catecismo nos recuerda que el ciudadano tiene derechos y deberes y conocer cuales son es responsabilidad de cada uno. No podemos caer en el facilismo de quejarnos y esperar que otras personas tomen las decisiones que a nosotros corresponde asumir.



lunes, 23 de enero de 2023

" La vida en Cristo" ( CIC 2234-2237)

 


                                       " V Las autoridades en la sociedad civil

2234   El cuarto mandamiento de Dios nos ordena también honrar a todos los que, para nuestro bien, han recibido de Dios una autoridad en la sociedad. Este mandamiento determina tanto los deberes de quienes ejercen la autoridad como los de quienes están sometidos a ella.

                                                    Deberes de las autoridades civiles

2235   Los que ejercen una autoridad deben ejercerla como un servicio. " El que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro esclavo " ( Mt 20, 26). El ejercicio de una autoridad está moralmente regulado por su origen divino, su naturaleza racional y su objeto específico. Nadie puede ordenar o establecer lo que es contrario a la dignidad de las personas y a la ley natural.

2236   El ejercicio de la autoridad ha de manifestar una justa jerarquía de valores con el fin de facilitar el ejercicio de la libertad y de la responsabilidad de todos. Los superiores deben ejercer la justicia distributiva con sabiduría, teniendo en cuenta las necesidades y la contribución de cada uno y atendiendo a la concordia y a la paz. Deben velar porque las normas y disposiciones que establezcan no induzcan a tentación oponiendo el interés personal al de la comunidad.

2237   El poder político está obligado a respetar los derechos fundamentales de la persona humana. Y a administrar humanamente justicia en el respeto al derecho de cada uno, especialmente el de las familias y de los desheredados.

Los derechos políticos inherentes a la ciudadanía pueden y deben ser concedidos según las exigencias del bien común. No pueden ser suspendidos por la autoridad sin motivo legítimo y proporcionado. El ejercicio de los derechos políticos está destinado al bien común de la nación y de toda la comunidad humana". ( CIC 2234-2237).

Comentario;

En el ejercicio de la autoridad es importante el conocimiento de los deberes de quienes detectan ese poder para ejercerlo dignamente en beneficio de la sociedad en general y no de individuos particulares.


domingo, 15 de enero de 2023

" La vida en Cristo" ( CIC 2232-2233)

 


                                               " IV La familia y el Reino de Dios

  2232   Los vínculos familiares, aunque son muy importantes, no son absolutos. A la par que el hijo crece hacia una madurez y autonomía humanas y espirituales, la vocación singular que viene de Dios se afirma con más claridad y fuerza. Los padres deben respetar esta llamada y favorecer la respuesta de sus hijos para seguirla. Es preciso convencerse de que la vocación primera del cristiano es seguir a Jesús ( Cf. Mt 16, 25): " El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí" ( Mt 10, 37).

2233   Hacerse discípulo de Jesús es aceptar la invitación a pertenecer a la familia de Dios, a vivir en conformidad con su manera de vivir; " El que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, éste es mi hermano, mi hermana y mi madre" ( Mt 12, 49).

 Los padres deben acoger y respetar con alegría y acción de gracias el llamamiento del Señor a uno de sus hijos para que le siga en la virginidad por el Reino, en la vida consagrada o en el ministerio sacerdotal. " ( CIC 2232- 2233).

Comentario;

Los hijos son un regalo y un don que Dios da a los padres para ayudarlos a ser hijos de Dios y enseñarlos a ser felices en la tierra dando gloria a Dios y cumpliendo sus mandamientos para después verlo y amarlo en el cielo.

Si alguno de los hijos recibe el don de la vocación a seguir más cerca al divino Maestro , la actitud de los padres debe ser de agradecimiento a Dios por tan grande regalo y animar a los hijos a ser fieles en esa vocación siendo santos como Dios es santo.


lunes, 9 de enero de 2023

" La vida en Cristo" ( CIC 2221-2231)

 


                                                       " Deberes de los padres


2221   La fecundidad del amor conyugal no se reduce a la sola procreación de los hijos, sino que debe extenderse también a su educación moral y a su formación espiritual. El papel de los padres en la educación " tiene tanto peso, que cuando falta, difícilmente puede suplirse " ( GE 3). El derecho y el deber de la educación son para los padres primordiales e inalienables ( Cf. FC 36).

2222   Los padres deben mirar a sus hijos como a hijos de Dios y respetarlos como a personas humanas. Han de educar a sus hijos en el cumplimiento de la Ley de Dios, mostrándose ellos mismos obedientes a la voluntad del Padre de los cielos.

2223   Los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos. Testimonian esta responsabilidad ante todo por la creación de un hogar, donde la ternura, el perdón, el respeto, la fidelidad y el servicio desinteresado son norma. El hogar es un lugar apropiado para la educación de las virtudes. Esta requiere el aprendizaje de la abnegación, de un sano juicio, del dominio de sí, condiciones de toda libertad verdadera. Los padres han de enseñar a los hijos a subordinar las dimensiones " materiales e instintivas a las interiores y espirituales" ( CA 36). Es una grave responsabilidad para los padres dar buenos  ejemplos a sus hijos. Sabiendo reconocer ante sus hijos sus propios defectos, se hacen más aptos para guiarlos y corregirlos:

El que ama a su hijo, le corrige sin cesar... El que enseña a su hijo, sacará provecho de él ( Si 30, 1.2).

Padres, no exasperéis a vuestros hijos, sino formadlos más bien mediante la instrucción y la corrección según el Señor ( Ef 6, 4).

2224   El hogar constituye un medio natural para la iniciación del ser humano en la solidaridad y en las responsabilidades comunitarias. Los padres deben enseñar a sus hijos a guardarse de los riesgos y las degradaciones que amenazan a las sociedades humanas.

2225   Por la gracia del sacramento del matrimonio, los padres han recibido la responsabilidad y el privilegio de evangelizar a sus hijos. Desde su primera edad, deberán iniciarlos en los misterios de la fe de los que ellos son para sus hijos los " primeros heraldos de la fe " ( LG 11). Desde su más tierna infancia, deben asociarlos a la vida de la Iglesia. La forma de vida en familia puede alimentar las disposiciones afectivas que, durante toda la vida, serán auténticos cimientos y apoyo de una fe viva.

2226   La educación en la fe por los padres debe comenzar desde la más tierna infancia. Esta educación se hace ya cuando los miembros de la familia se ayudan a crecer en la fe mediante el testimonio de una vida cristiana de acuerdo con el Evangelio. La catequesis familiar precede, acompaña y enriquece las otras formas de enseñanza de la fe. Los padres tienen la misión de enseñar a sus hijos a orar y a descubrir su vocación de hijos de Dios ( Cf. LG 11). La parroquia es la comunidad eucaristíca y el corazón de la vida litúrgica de las familias cristianas; es un lugar privilegiado para la catequesis de los niños y de los padres.

2227   Los hijos, a su vez, contribuyen al crecimiento de sus padres en la santidad. ( Cf. GS 48, 4). Todos y cada uno deben otorgarse generosamente y sin cansarse el mutuo perdón exigido por las ofensas, las querellas, las injusticias y las omisiones. El afecto mutuo lo sugiere. La caridad de Cristo lo exige ( Cf. Mt 18, 21- 22; Lc 17, 4 ).

2228   Durante la infancia, el respeto y el afecto de los padres se traduce ante todo en el cuidado y la atención que consagran para educar a sus hijos, y para proveer a sus necesidades físicas y espirituales. En el transcurso del crecimiento, el mismo respeto y la misma dedicación llevan a los padres a enseñar a sus hijos a usar rectamente de su razón y de su libertad.

2229   Los padres, como primeros responsables de la educación de sus hijos, tienen el derecho de elegir para ellos una escuela que corresponda a sus propias convicciones. Este derecho es fundamental. En cuanto sea posible, los padres tienen el deber de elegir las escuelas que mejor les ayuden en su tarea de educadores cristianos ( Cf. GE 6). Los poderes públicos tienen el deber de garantizar este derecho de los padres y de asegurar las condiciones reales de su ejercicio.

2230   Cuando llegan a la edad correspondiente, los hijos tienen el deber y el derecho de elegir su profesión y su estado de vida. Estas nuevas responsabilidades deberán asumirlas en una relación de confianza con sus padres, cuyo parecer y consejo pedirán y recibirán dócilmente. Los padres deben cuidar de no presionar a sus hijos ni en la elección de una profesión ni en la de su futuro cónyuge. Esta indispensable prudencia no impide, sino al contrario, ayudar a los hijos con consejos juiciosos, particularmente cuando éstos se proponen fundar un hogar.

2231   Hay quienes no se casan para poder cuidar a sus padres, o a sus hermanos y hermanas, para dedicarse más exclusivamente a una profesión o por otros motivos dignos. Estas personas pueden contribuir grandemente al bien de la familia humana." (CIC 2221- 2231).

Comentario_

Este capítulo de los deberes de los padres para con sus hijos nos debe ayudar a ser cada día mejores padres y abuelos sabiendo " acompañar sin imponer" siendo siempre testimonio fiel de hijos muy amados de nuestro Padre Dios.

 El mejor modelo para nosotros debe ser la Sagrada Familia de Nazareth siempre dócil a cumplir la voluntad de Dios con paz y alegría. 


 


domingo, 1 de enero de 2023

" La vida en Cristo" ( CIC 2214-2220)

 


                                     " III Deberes de los miembros de la familia

                                                        Deberes de los hijos

2214   La paternidad divina es la fuente de la paternidad humana ( Cf. Ef 3, 14 ); es el fundamento del honor debido a los padres. El respeto de los hijos, menores o mayores de edad, hacia su padre y hacia su madre ( Cf. Pr 1, 8; Tb 4, 3. 4), se nutre del afecto natural nacido del vínculo que los une. Es exigido por el precepto divino ( Cf. Ex 20, 12).

2215   El respeto a los padres ( piedad filial) está hecho de gratitud para quienes, mediante el don de la vida, su amor y su trabajo, han traído sus hijos al mundo y les han ayudado a crecer en estatura, en sabiduría y en gracia. " Con todo tu corazón honra a tu padre y a tu madre, y no olvides los dolores de tu madre. Recuerda que por ellos has nacido, ¿ cómo les pagarás lo que contigo han hecho ?" ( Si 7, 27-28 ).

2216   El respeto filial se expresa en la docilidad y la obediencia verdaderas. " Guarda, hijo mío, el mandato de tu padre y no desprecies la lección de tu madre..., en tus pasos ellos serán tu guía; cuando te acuestes, velarán por ti; conversarán contigo al despertar" ( Pr 6, 20-22). " El hijo sabio ama la instrucción, el arrogante no escucha la reprensión" ( Pr 13, 1).

2217   Mientras vive en el domicilio de sus padres, el hijo debe obedecer a todo lo que éstos dispongan para su bien o el de su familia. " Hijos, obedeced en todo a vuestros padres, porque esto es grato a Dios en el Señor " ( Col 3, 20; Cf. Ef 6, 1). Los niños deben obedecer también las prescripciones razonables de sus educadores y de todos aquellos a quienes sus padres los han confiado. Pero si el niño está persuadido en conciencia de que es moralmente malo obedecer esa orden, no debe seguirla.

 Cuando se hacen mayores los hijos deben seguir respetando a sus padres. Deben prevenir sus deseos, solicitar dócilmente sus consejos y aceptar sus amonestaciones justificadas. La obediencia a los padres cesa con la emancipación de los hijos, pero no el respeto que les es debido, el cual permanece para siempre. Este, en efecto, tiene su raíz en el temor de Dios, uno de los dones del Espíritu Santo.

2218   El cuarto mandamiento recuerda a los hijos mayores de edad sus responsabilidades para con los padres. En la medida en que ellos pueden, deben prestarles ayuda material y moral en los años de la vejez y durante sus enfermedades, y en momentos de soledad o de abatimiento. Jesús recuerda este deber de gratitud ( Cf. Mc 7, 10- 12).

El Señor glorifica al padre en los hijos, y afirma el derecho de la madre sobre su prole. Quien honra a su padre expía sus pecados; como el que atesora es quien da gloria a su madre. Quien honra a su padre recibirá contento de sus hijos, y en el día de su oración será escuchado. Quien da gloria al padre vivirá largos días, obedece al Señor quien da sosiego a su made ( Si 3, 2- 6).

Hijo, cuida de tu padre en su vejez, y en su vida no le causes tristeza. Aunque haya perdido la cabeza, sé indulgente, no le deprecies en la plenitud de tu vigor...Como blasfemo es el que abandona a su padre, maldito del Señor quien irrita a su madre ( Si 3, 12-13. 16).

2219   El respeto filial favorece la armonía de toda la vida familiar; atañe también a las relaciones entre hermanos y hermanas. El respeto a los padres irradia en todo el ambiente familiar. " Corona de los ancianos son los hijos de los hijos" ( Pr 17, 6). " Soportaos unos a otros en la caridad, en toda humildad, dulzura y paciencia" ( Ef 4, 2).

2220   Los cristianos están obligados a una especial gratitud para con aquellos de quienes recibieron el don de la fe, la gracia del bautismo y la vida en la Iglesia. Puede tratarse de los padres, de otros miembros de la familia, de los abuelos, de los pastores, de los catequistas, de otros maestros o amigos. " Evoco el recuerdo de la fe sincera que tú tienes, fe que arraigó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y sé que también ha arraigado en ti" ( 2 Tm 1, 5)." ( CIC 2214- 2220).

Comentario:

Los hijos han de respetar y honrar a sus padres, procurar darles alegrías, rezar por ellos y corresponder lealmente a su sacrificio: para un buen cristiano estos deberes son un dulcísimo precepto.