domingo, 27 de marzo de 2022

" Vida en Cristo" ( CIC 2017-2029"

 

                                                                    " Resumen

2017   La gracia del Espíritu Santo nos confiere la justicia de Dios. El Espíritu, uniéndonos por medio de la fe y el Bautismo a la Pasión y a la Resurrección de Cristo, nos hace participar en su vida.

2018   La justificación, como la conversión, presenta dos aspectos. Bajo la moción de la gracia, el hombre se vuelve a Dios y se aparta del pecado, acogiendo así el perdón y la justicia de lo Alto.

2019   La justificación entraña la remisión de los pecados, la santificación y la renovación del hombre interior.

2020   La justificación nos fue merecida por la Pasión de Cristo. Nos es concedida mediante el Bautismo. Nos conforma con la justicia de Dios que nos hace justos. Tiene como finalidad la gloria de Dios y de Cristo y el don de la vida eterna. Es la obra más excelente de la misericordia de Dios.

2021   La gracia es el auxilio que Dios nos da para responder a nuestra vocación de llegar a ser sus hijos adoptivos. Nos introduce en la intimidad de la vida trinitaria.

2022   La iniciativa divina en la obra de la gracia previene, prepara y suscita la respuesta libre del hombre. La gracia responde a las aspiraciones profundas de la libertad humana; y la llama a cooperar con ella, y la perfecciona.

2023   La gracia santificante es el don gratuito que Dios nos hace de su vida, infundida por el Espíritu Santo en nuestra alma para curarla del pecado y santificarla.

2024   La gracia santificante nos hace " agradables a Dios". Los carismas, que son gracias especiales del Espíritu Santo, están ordenados a la gracia santificante y tienen por fin el bien común de la Iglesia. Dios actúa así mediante gracias actuales, múltiples que se distinguen de la gracia habitual, que es permanente en nosotros.

2025   El hombre no tiene, por sí mismo, mérito ante Dios sino como consecuencia del libre designio divino de asociarlo a la obra de su gracia. El mérito pertenece a la gracia de Dios en primer lugar, y a la colaboración del hombre en segundo lugar. El mérito del hombre retorna a Dios.

2026   La gracia del Espíritu Santo, en virtud de nuestra filiación adoptiva, puede conferirnos un verdadero mérito según la justicia gratuita de Dios. La caridad es en nosotros la principal fuente de mérito ante Dios.

2027   Nadie puede merecer la gracia primera que constituye el inicio de la conversión. Bajo la moción del Espíritu Santo podemos merecer en favor nuestro y de los demás todas las gracias útiles para llegar a la vida eterna, como también los necesarios bienes temporales.

2028   " Todos los fieles..., son llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad" ( LG 40). " La perfección cristiana, sólo tiene un límite: el de no tener límite"  (San Gregorio de Nisa. v. Mos).

2029   " Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame" (Mt 16, 24). " ( CIC 2017-2029).

Comentario

" Dios que te creo sin tí, no te salvará sin tí" ( Sn Agustín ) recordemos siempre esta máxima de San Agustín que nos recuerda que la gracia de la filiación divina adoptiva  que Cristo nos consiguió con su muerte y Resurreción no tendrá efecto en nuestra santificación si nosotros no hacemos un buen uso de nuestra libertad para " amar y servir a Dios en esta vida para poder después gozar de El en el cielo".

San Pablo nos recuerda también que el Señor le dijo: " Te basta mi gracia", cuando él pedía que el Señor lo librara de las tentaciones. Y la Virgen a san Diego le dice " No estoy Yo aquí que soy tu madre ?" Tengamos pues fe en Dios y esperemos confiadamente que si hacemos su Voluntad seremos salvos.






 





domingo, 20 de marzo de 2022

" Vida en Cristo" ( 2012-2016)

 

                                                      " IV La santidad cristiana

2012   " Sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman... A los que de antemano conoció, también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que fuera él el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a esos también los llamó; y a los que llamó, a esos tambiñen los justificó, a los que justificó, a esos también los glorificó" ( Rm 8, 28-30).

2013   " Todos los fieles, de cualquier estado o régimen de vida, son llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad " ( LG 40). Todos son llamados a la santidad: " Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto" ( Mt 5, 48):

Para alcanzar esta perfección, los creyentes han de emplear sus fuerzas, según la medida del don de Cristo, para entregarse totalmente a la gloria de Dios y al servicio del prójimo. Lo harán siguiendo las huellas de Cristo, haciéndose conformes a su imagen, y siendo obedientes en todo a la voluntad del Padre. de esta manera, la santidad del Pueblo de Dios producirá frutos abundantes, como lo muestra claramente en  la historia de la Iglesia la vida de los santos ( LG 40).

2014   El progreso espiritual tiende a la unión cada vez más íntima con Cristo. Esta unión se llama " mística", porque participa del misterio de Cristo mediante los sacramentos --"los santos misterios"-- y, en El, en el misterio de la Santísima Trinidad. Dios nos llama a todos a esta unión íntima con El, aunque las gracias especiales o los signos extraordinarios de esta vida mística sean concedidos solamente a algunos para manifestar así el don gratuito hecho a todos.

2015   El camino de la perfección pasa por la cruz. No hay santidad sin renuncia y sin combate espiritual ( Cf. 2Tm 4). El progreso espiritual implica la ascesis y la mortificación que conducen gradualmente a vivir en la paz y el gozo de las bienaventuranzas:

El que asciende no cesa nunca de ir de comienzo en comienzo, mediante comienzos que no tienen fin. Jamás el que asciende deja de desear lo que ya conoce ( San Gregorio de Nisa, hom. in Cant. 8).

2016   Los hijos de nuestra madre la Santa Iglesia esperan justamente la gracia de la perseverancia final y de la recompensa de Dios, su Padre, por las obras buenas realizadas con su gracia en comunión con Jesús ( Cf. Cc. de Trento: DS 1576). Siguiendo la misma norma de vida, los creyentes comparten la " bienaventurada esperanza" de aquellos a los que la misericordia divina congrega en la " Ciudad Santa, la nueva Jerusalén; que baja del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo" ( Ap 21, 2):"(CIC 2012- 2016).

Comentario_

Para asemejarnos a Cristo debemos conocerlo, y para conocerlo debemos leer y estudiar su vida narrada en los cuatro evangelios del Nuevo Testamento, si diariamente leemos y meditamos en un rato de oración ( 10 a 15 minutos) unos pocos versículos del Evangelio en unos pocos años habremos conocido su vida y nos habremos enamorado de El haciendo en nuestra vida su vida y siendo como dice san Pablo " otros Cristo, el mismo Cristo".

lunes, 14 de marzo de 2022

" Vida en Cristo " ( CIC 2006-2011)



                                                                  " III El mérito

                                              Manifiestas tu gloria en la asamblea de los santos                                                                            y, al coronar sus méritos, coronas tu propia obra

                                             ( MR, prefacion de los santos, citando al " Doctor de

                                              la gracia", San Agustín, Sal, 102, 7)

2006   El término " mérito" designa en general la retribución debida por parte de una comunidad o una sociedad a la acción de uno de sus miembros, considerada como obra buena o obra mala, digna de recompensa o de sanción. El mérito corresponde a la virtud de la justicia conforme al principio de igualdad que la rige. 

2007   Frente a Dios no hay, en el sentido de un derecho estricto, mérito por parte del hombre. Entre El y nosotros, la desigualdad no tiene medida, porque nosotros lo hemos recibido todo de El, nuestro Creador.

2008   El mérito del hombre ante Dios en la vida cristiana proviene de que Dios ha dispuesto libremente asociar al hombre a la obra de su gracia. La acción paternal de Dios es lo primero, en cuanto que El impulsa, y el libre obrar del hombre es lo segundo, en cuanto que éste colabora, de suerte que los méritos de las obras buenas deben atribuirse a la gracia de Dios en primer lugar, y al fiel, seguidamente. Por otra parte, el mérito del hombre recae también en Dios, pues sus buenas acciones proceden, en Cristo, de las gracias provenientes y de los auxilios del Espíritu Santo.

2009   La adopción filial, haciéndonos partícipes por la gracia de la naturaleza divina, puede conferirnos, según la justicia gratuita de Dios, un verdadero mérito. Se trata de un derecho por gracia, el pleno derecho del amor, que nos hace " coherederos" de Cristo y dignos de obtener " la herencia prometida de la vida eterna" ( Cc. de Trento: DS 1546). Los méritos de nuestras buenas obras son dones de la bondad divina ( Cf. Cc. de Trento: DS 1548). " La gracia ha precedido; ahora se da lo que es debido..., los méritos son dones de Dios" ( San Agustín, serm. 298, 4-5).

2010   Puesto que la iniciativa en el orden de la gracia pertenece a Dios, nadie puede merecer la gracia primera, en el inicio de la conversión, del perdón y de la justificación. Bajo la moción del Espíritu Santo y de la caridad, podemos después merecer en favor nuestro y de los demás gracias útiles para nuestra santificación, para el crecimiento de la gracia y de la caridad, y para la obtención de la vida eterna. Los mismos bienes temporales, como la salud, la amistad, pueden ser merecidos según la sabiduría de Dios. Estas gracias y bienes son objeto de la oración cristiana, la que provee a nuestra necesidad de la gracia para las acciones meritorias.

2011   La caridad de Cristo es en nosotros la fuente de todos nuestros méritos ante Dios. La gracia, uniéndonos a Cristo con un amor activo, asegura el carácter sobrenatural de nuestros actos y, por consiguiente, su mérito tanto ante Dios como ante los hombres. Los santos han tenido siempre una conciencia viva de que sus méritos eran pura gracia.

Tras el destierro en la tierra espero gozar de ti en la Patria, pero no quiero amontonar méritos para el Cielo, quiero trabajar sólo por vuestro amor...En el atardecer de esta vida compareceré ante tí, con las manos vacías, Señor, porque no te pido que cuentes mis obras. Todas nuestras justicias tienen manchas a tus ojos. Por eso, quiero revestirme de tu propia Justicia y recibir de tu Amor la posesión eterna de tí mismo... ( santa Teresa del Niño Jesñus, ofr.)" ( CIC 2006-2011).

Comentario:

El Señor nos dice " Sin Mí no podeís hacer nada" pidamos con sinceridad al Espíritu Santo la docilidad necesaria para que El obre en nosotros su misión de santificarnos y llevarnos a la Patria celestial.

 En esta Cuaresma es un buen propósito dejarnos guiar por el Espíritu Santo en la oración diaria y en la mortificación ( especialmente en aquellos puntos que en la oración hemos detectado que son los más débiles ) pidiendo al Señor las ayudas necesarias,sabiendo que  El nunca nos niega su gracia para ser sus testigos con nuestros hermanos más necesitados de cuidado físico o espiritual.


 


 

domingo, 6 de marzo de 2022

" Vida en Cristo" ( CIC 1996- 2005)

 


                                                                " II La Gracia

1996   Nuestra justificación es obra de la gracia de Dios. La gracia es el favor, el auxilio gratuito que Dios nos da para responder a su llamada: llegar a ser hijos de Dios ( Cf. Jn 1, 12-18), hijos adoptivos ( Cf. Rm 8, 14-17), partícipes de la naturaleza divina ( Cf. 2P 1, 3-4), de la vida eterna ( Cf. Jn 17, 3).

1997   La gracia es una participación en la vida de Dios. Nos introduce en la intimidad de la vida trinitaria: por el Bautismo el cristiano participa de la gracia de Cristo, Cabeza de su Cuerpo. Como " hijo adoptivo" puede ahora llamar " Padre " a Dios, en unión con el Hijo único. Que le infunde la caridad y que forma la Iglesia.

1998   Esta vocación a la vida eterna es sobrenatural. Depende enteramente de la iniciativa gratuita de Dios, porque sólo El puede revelarse y darse a sí mismo. Sobrepasa las capacidades de la inteligencia y las fuerzas de la voluntad humanas, como las de toda criatura ( Cf. 1Co 2, 7-9)

1999   La gracia de Cristo es el don gratuito que Dios nos hace de su vida infundida por el Espíritu Santo en nuestra alma para sanarla del pecado y santificarla: es la gracia santificante o divinizadora, recibida en el Bautismo. Es en nosotros la fuente de la obra de santificación ( Cf. Jn 4, 14; 7, 38-39):

Por tanto, el que está en Cristo es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo. Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo ( 2Co 5, 17-18).

2000 La gracia santificante es un don habitual, una disposición estable y sobrenatural que perfecciona al alma para hacerla capaz de vivir con Dios, de obrar por su amor. Se debe distinguir entre la gracia habitual, disposición plenamente para vivir y obrar según la vocación divina, y las gracias actuales, que designan las intervenciones divinas que están en el origen de la conversión o en el curso de la obra de la santificación.

2001   La preparación del hombre para acoger la gracia es ya una obra de la gracia. Esta es necesaria para suscitar y sostener nuestra colaboración a la justificación mediante la fe y a la santificación mediante la caridad. Dios completa en nosotros lo que El mismo comenzó, " porque él, por su acción, comienza haciendo que nosotros queramos; y termina cooperando con nuestra voluntad ya convertida" ( san Agustín, grat, 17):

Ciertamente nosotros trabajamos también, pero no hacemos más que trabajar con Dios que trabaja. Porque su misericordia se nos adelantó para que fuésemos curados; nos sigue todavía para que, una vez sanados, seamos vivificados; se nos adelanta para que seamos llamados, nos sigue para que seamos glorificados; se nos adelanta para que vivamos según la piedad, nos sigue para que vivamos por siempre con Dios, pues sin El no podemos hacer nada ( San Agustín, nat, et grat. 31).

2002   La libre iniciativa de Dios exige la respuesta libre del hombre, porque Dios creó al hombre a su imagen, concediéndole con la libertad, el poder de conocerle y amarle. El alma sólo libremente entra en la comunión del amor. Dios toca inmediatamente y mueve directamente el corazón del hombre. Puso en el hombre una aspiración a la verdad y al bien que sólo El puede colmar. las promesas de la " vida eterna" responden, por encima de toda esperanza, a esta aspiración:

Si tú descansaste el día séptimo, al término de todas tus obras buenas, fue para decirnos por la voz de tu libro que al término de nuestras obras, " que son muy buenas" por el hecho de que eres tú quien nos las ha dado, también nosotros en el sábado de la vida eterna descansaremos en ti ( San Agustín, conf. 13, 36, 51).

2003   La gracia es ante todo y principalmente, el don del Espíritu que nos justifica y nos santifica. Pero la gracia comprende también los dones que el Espíritu Santo nos concede para asociarnos a su obra, para hacernos capaces de colaborar en la salvación de los otros y en el crecimiento del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia. Estas son las gracias sacramentales, dones propios de los distintos sacramentos. Son además las gracias especiales, llamadas también " carismas", según el término griego empleado por San Pablo, y que significa favor, don gratuito, beneficio ( Cf. LG 12). Cualquiera que sea su carácter, a veces extraordinario, como el don de milagros o de lenguas, los carismas están ordenados a la gracia santificante y tienen por fin el bien común de la Iglesia. Están al servicio de la caridad, que edifica la Iglesia ( Cf. 1Co 12).

2004   Entre las gracias especiales conviene mencionar las gracias de estado, que acompañan el ejercicio de las responsabilidades de la vida cristiana y de los ministerios en el seno de la Iglesia:

Teniendo dones diferentes, según la gracia que nos ha sido dada, si es el don de profecía, ejerzámoslo en la medida de nuestra fe; si es el ministerio, en el ministerio; la enseñanza, enseñando; la exhortación, exhortando. El que da, con sencillez; el que preside, con solicitud; el que ejerce la misericordia; con jovialidad ( Rm 12, 6-8).

2005   La gracia, siendo de orden sobrenatural, escapa a nuestra experiencia y sólo puede ser conocida por la fe. Por tanto, no podemos fundarnos en nuestros sentimientos o nuestras obras para deducir de ellos que estamos justificados y salvados ( Cf. Cc. de Trento: DS 1533-34). Sin embargo, según las palabras del Señor: " Por sus frutos los conoceréis" ( mt 7, 20), la consideración de los beneficios de Dios en nuestra vida y en la vida de los santos nos ofrece una garantía de que la gracia estáactuando en nosotros y nos incita a una fe cada vez mayor y a una actitud de pobreza llena de confianza:

Una de las más bellas ilustraciones de esta actitud se encuentra en la respuesta de santa Juana de Arco a una pregunta capciosa de sus jueces eclesiásticos: " interrogada si sabía que estaba en gracia de Dios, responde: " Si no lo estoy, que Dios me quiera poner en ella; si estoy, que Dios me quiera conservar en ella"  ( santa Juana de Arco, proc. )". 

( CIC 1996.2005).

Comentario:

El tema de la gracia reviste gran importancia porque como hemos leído en el apartado es un don gratuito de Dios que sólo podemos entender por FE por eso es tan importante bautizar tempranamente a los niños para que recibiendo el Bautismo reciban los tres regalos Fe, Esperanza y Caridad y con las enseñanzas y el ejemplo de sus padres crezcan en las tres virtudes de las cuales la más importante, lo sabemos es el Amor.