domingo, 22 de noviembre de 2020

" La celebración del misterio cristiano" ( CIC 1581-1584)|

 


  " Los efectos del sacramento del Orden

        El carácter indeleble

1581   Este sacramento configura con Cristo mediante una gracia especial del Espíritu Santo a fin de servir de instrumento de Cristo en favor de su iglesia. Por la ordenación recibe la capacidad de actuar como representante de Cristo, Cabeza de la Iglesia, en su triple función de Sacerdote, Profeta y Rey.

1582   Como en el caso del Bautismo y de la Confirmación, esta participación en la misión de Cristo es concedida de una vez para siempre. El sacramento del Orden confiere también un carácter espiritual indeleble y no puede ser reiterado ni ser conferido para un tiempo determinado ( Cf. Cc de Trento: DS 1767; LG 21. 28. 29; PO 2).

1583   Un sujeto válidamente ordenado puede ciertamente, por causas graves, ser liberado de las obligaciones y las funciones vinculadas a la ordenación o se le puede impedir ejercerlos ( Cf. CIC can. 290- 293; 1336, 1, nn 3 y 5, 1338, 2), pero no puede convertirse de nuevo en laico en sentido estricto ( Cf. Cc. de Trento: DS 1774) porque el carácter impreso por la ordenación es para siempre. La vocación y la misión recibidas el día de su ordenación, lo marcan de  manera permanente.

1584   Puesto que en último término es Cristo quien actúa y realiza la salvación a través del ministro ordenado, la indignidad de éste no impide a Cristo actuar ( Cf. Cc. de Trento: DS 1612; 1154). San Agustín lo dice con firmeza:

       En cuanto al ministro orgulloso, hay que colocarlo con el diablo. Sin embargo, el don de Cristo no por ello es profanado: lo que llega a través de él conserva su pureza, lo que pasa por él permanece limpio y llega a la tierra fértil... En efecto, la virtud espiritual del sacramento es semejante a la luz: los que deben ser iluminados la reciben en su pureza y, si atraviesa seres manchados, no se mancha ( ev. Jo. 5, 15) ". (CIC 1581- 1584).

Comentario:

Tienen una gran responsabilidad los seminaristas cuando se preparan para recibir el sacramento del Orden y los miembros de la Iglesia que escogen a los candidatos idóneos para prestar a la Iglesia tan grande servicio de ser los representantes de Cristo en el deber de impartir los sacramentos y acompañar a los fieles en su proceso de santificación en su identificación con Cristo

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domingo, 15 de noviembre de 2020

" La celebración del misterio cristiano " ( CIC1577-1580)

 


  " VI Quién puede recibir este sacramento

1577   " Sólo el varón (' vir ' )bautizado recibe válidamente la sagrada ordenación" ( CIC, can 1024). El Señor Jesús eligió a hombres ( ' viri') para formar el colegio de los doce Apóstoles (Cf. Mc 3, 14-19, Lc 6, 12- 16), y, los Apóstoles hicieron lo mismo cuando eligieron a sus colaboradores ( cf. 1Tm 3, 1- 13; 2Tm 1, 6; Tt 1, 5-9) que les sucederían en su tarea ( S. Clemente Romano Cor, 42, 4; 44, 3). El colegio de los obispos, con quienes los presbíteros están unidos en el sacerdocio, hace presente y actualiza hasta el retorno de Cristo el colegio de los Doce. La Iglesia se conoce vinculada por esta decisión del Señor. Esta es la razón por la que las mujeres no reciben la ordenación ( Cf. Juan Pablo II, MD 26-27; CDF decl, " Inter insigniores": AAS 69 [ 1977] 98- 116).

1578   Nadie tiene derecho a recibir el sacramento del Orden. En efecto, nadie se arroga para sí mismo este oficio. Al sacramento se es llamado por Dios ( Cf. Hb 5, 4). Quien cree reconocer las señales de la llamada de Dios al ministerio ordenado, debe someter humildemente su deseo a la autoridad de la Iglesia a la que corresponde la responsabilidad y el derecho de llamar a recibir este sacramento. Como toda gracia, el sacramento sólo puede ser recibido como un don inmerecido.

1579   Todos los ministros ordenados de la Iglesia latina, exceptuando los diáconos permanentes, son ordinariamente elegidos entre hombres creyentes que viven como célibes y que tienen la voluntad de guardar el celibato " por el Reino de los cielos" ( Mt 19, 12). Llamados a consagrarse totalmente al Señor y a sus " cosas" ( Cf. 1Co 7, 32), se entregan enteramente a Dios y a los hombres. El celibato es un signo de esta vida nueva al servicio de la cual es consagrado el ministro de la Iglesia: aceptado con un corazón alegre, anuncia de modo radiante el Reino de Dios ( Cf. PO 16).

1580   En las Iglesias Orientales, desde hace siglos está en vigor una disciplina distinta: mientras los obispos son elegidos únicamente entre los célibes, hombres casados pueden ser ordenados diáconos y presbíteros. Esta práctica es considerada como legítima desde tiempos remotos; estos presbíteros ejercen un ministerio fructuoso en el seno de sus comunidades (Cf. PO 16). Por otra parte, el celibato de los presbíteros goza de gran honor en las iglesias Orientales, y son numerosos los presbíteros que lo escogen libremente por el Reino de Dios. En Oriente como en Occidente, quien recibe el sacramento del Orden no puede contraer matrimonio." ( CIC 1577- 1580).

Comentario:

El seguimiento de Cristo es exigente pero el Señor da su gracia a quién lo sigue proporcional a lo que le pide debemos pedirle al dueño de la mies que envié obreros a su mies para recoger el fruto que el Espíritu Santo riega abundantemente y que los jóvenes que sienten el llamado a seguirlo más de cerca como presbíteros o diáconos sean generosos y fieles a ese llamado.

lunes, 9 de noviembre de 2020

" La celebración del misterio cristiano" ( CIC 1572-1576)

 


 "IV La celebración de este sacramento

1572   La celebración de la ordenación de un obispo, de presbíteros o de diáconos, por su importancia para la vida de la Iglesia particular, exige el mayor concurso posible de fieles. Tendrá lugar preferentemente el domingo y en la catedral, con una solemnidad adaptada a las circunstancias. Las tres ordenaciones, del obispo, del presbítero y del diácono, tienen el mismo dinamismo. El lugar propio de su celebración es dentro de la Eucaristía.

1573   El rito esencial del sacramento del Orden está constituido, para los tres grados, por la imposición de las manos del obispo sobre la cabeza del ordenando, así como por una oración consecratoria específica que pide a Dios la efusión del Espíritu Santo y de sus dones apropiados al ministerio para el cual el candidato es ordenado ( Cf. Pío XII, const. ap. " Sacramentum ordinis" : DS 3858).

1574   Como en todos los sacramentos, ritos complementarios rodean la celebración. Estos varían notablemente en las distintas tradiciones litúrgicas, pero tienen en común la expresión de múltiples aspectos de la gracia sacramental. Así, en el rito latino los ritos iniciales- la presentación y elección del ordenando, la alocución del obispo, el interrogatorio del ordenando, las  letanías de los santos- ponen de relieve que la elección del candidato se hace conforme al uso de la Iglesia y preparan el acto solemne de la consagración; después de ésta varios ritos vienen a expresar y completar de manera simbólica el misterio que se ha realizado; para el obispo y el presbítero la unción con el santo crisma, signo de la unción especial del Espíritu Santo que hace fecundo su ministerio; la entrega del libro de los evangelios, del anillo, de la mitra y del báculo al obispo en señal de su misión apostólica de anuncio de la Palabra de Dios, de su fidelidad a la Iglesia, esposa de Cristo, de su cargo de pastor del rebaño del Señor, entrega al presbítero de la patena y del cáliz, " la ofrenda del pueblo santo" que es llamado a presentar a Dios; la entrega del libro de los evangelios al diácono que acaba de recibir la misión de anunciar el Evangelio de Cristo


V El ministro de este sacramento

1575   Fue Cristo quien eligió a los Apóstoles y les hizo partícipes de su misión y su autoridad. Elevado a la derecha del Padre, no abandona a su rebaño, sino que lo guarda por medio de los apóstoles bajo su constante protección y lo dirige también mediante estos mismos pastores que continúan hoy su obra ( Cf. MR, Prefacio Apóstoles). Por tanto, es Cristo " quien da" a unos el ser apóstoles, a otros pastores ( Cf. Ef 4, 11). Sigue actuando por medio de los obispos. ( Cf. LG 21).

1576   Dado que el sacramento del Orden es el sacramento del ministerio apostólico, corresponde a los obispos, en cuanto sucesores de los Apóstoles, transmitir " el don espiritual" ( LG 21), " la semilla apostólica" ( LG 20). Los obispos, válidamente ordenados, es decir, que están en la línea de la sucesión apostólica, confieren válidamente los tres grados del sacramento del Orden ( Cf. DS 794 y 802; CIC can. 1012; CCEO can 744; 747)." ( CIC 1572-1576).

Comentario:

El Señor Jesús escogió a los doce apóstoles después de una noche en oración, aprendamos de su ejemplo para acudir a la oración siempre que tengamos que tomar decisiones importantes sabiendo que las luces del Espíritu Santo no siempre coinciden con nuestros deseos e ilusiones.

Los obispos son los responsables de escoger otros obispos, presbíteros y diáconos por eso necesitan del auxilio de nuestras oraciones para escoger los mejores candidatos que deben mantener la jerarquía hasta el regreso del Señor. 


  

domingo, 1 de noviembre de 2020

" La celebración del misterio cristiano" ( CIC 1569-1571)

 


" La ordenación de los diáconos, ' en orden al ministerio'


1569   " En el grado inferior de la jerarquía, están los diáconos a los que se les imponen las manos ' para realizar un servicio y no para ejercer el sacerdocio', ( LG 29; Cf. CD 15). En la ordenación al diaconado, sólo el obispo impone las manos, significando así que el diácono está especialmente vinculado al obispo en las tareas de su " diaconía " ( Cf. San Hipólito, trad. ap. 8).

1570   Los diáconos participan de una manera especial en la misión y la gracia de Cristo ( Cf. LG 41; AA 16). El sacramento del Orden los marcó con un sello ( " carácter) que nadie puede hacer desaparecer y que los configura con Cristo que se hizo " diácono", es decir, el servidor de todos ( Cf. Mc 10, 45; Lc 22, 27; San Policarpo, ep. 5, 2). Corresponde a los diáconos, entre otras cosas, asistir al obispo y a los presbíteros en la celebración de los divinos misterios sobre todo de la Eucaristía y en la distribución de la misma, asistir a la celebración del matrimonio y bendecirlo, proclamar el Evangelio y predicar, presidir las exequias y entregarse a los diversos servicios de la caridad ( Cf. LG 29; SC 35, 4; AG 16).

1571   Desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia latina ha restablecido el diaconado " como un grado particular dentro de la jerarquía" ( LG 29), mientras que las Iglesias de Oriente lo habían mantenido siempre. Este diaconado permanente, que puede ser conferido a hombres casados, constituye enriquecimiento importante para la misión de la Iglesia. En efecto, es apropiado y útil que hombres que realizan en la Iglesia un ministerio verdaderamente diaconal, ya en la vida litúrgica y pastoral, ya en las obras sociales y caritativas, " sean fortalecidos por la imposición de las manos transmitida ya desde los Apóstoles y se unan más estrechamente al servicio del altar, para que cumplan con mayor eficacia su ministerio por la gracia sacramental del diaconado" ( AG 16)." ( CIC 1569-1571).

Comentario:

El servicio del diaconado es para los obispos y presbíteros de gran ayuda en su misión evangelizadora y de atención a la feligresía agradezcamos con generosidad y prontitud esos favores que prestan en nuestra parroquia los diáconos y pidamos al Señor muchos diáconos permanentes que sean ejemplo para nosotros en las comunidades parroquiales y ayudemos con nuestras oraciones para que sean santos e irreprochables como los párrocos a quienes ayudan.