" II El día del Señor
¡ Este es el día que ha hecho el Señor, exultemos y gocémonos en él! ( Sal 118, 24)
El día de la Resurrección: la nueva creación
2174 Jesús resucitó de entre los muertos " el primer día de la semana" ( Mt 28, 1; Mc 16, 2; Lc 24, 1; Jn 20, 1). En cuanto es el " primer día", el día de la Resurrección de Cristo recuerda la primera creación. En cuanto es el " octavo día", que sigue al sábado ( Cf. Mc 16, 1; Mt 28, 1), significa la nueva creación inaugurada con la Resurrección de Cristo. Para los cristianos vino a ser el primero de todos los días, la primera de todas las fiestas, el día del Señor ( " Hè kyriakè hèmera", " dies dominica"), el " domingo".
Nos reunimos todos los días del sol porque es el primer día ( después del sábado judío, pero también el primer día), en que Dios sacando la materia de las tinieblas, creó al mundo; ese mismo día, Jesucristo nuestro Salvador resucitó de entre los muertos ( San Justino, Apol. I, 67).
El domingo, plenitud del sábado
2175 El domingo se distingue expresamente del sábado, al que sucede cronológicamente cada semana, y cuya prescripción litúrgica reemplaza para los cristianos. Realiza plenamente, en la Pascua de Cristo, la verdad espiritual del sábado judío y anuncia el descanso eterno del hombre en Dios. Porque el culto de la ley preparaba el misterio de Cristo, y lo que se practicaba en ella prefiguraba algún rasgo relativo a Cristo ( Cf. 1Co 10, 11):
Los que vivían según el orden de cosas antiguo han pasado a la nueva esperanza, no observando ya el sábado, sino el día del Señor, en el que nuestra vida es bendecida por El y por su muerte ( San Ignacio de Antioquía, Magn. 9, 1).
2176 La celebración del domingo cumple la prescripción moral, inscrita en el corazón del hombre, de " dar a Dios un culto exterior, visible, público y regular bajo el signo de su bondad universal hacia los hombres" ( Santo Tomás de A., s. th. 2-2, 122, 4). El culto dominical realiza el precepto moral de la Antigua Alianza, cuyo ritmo y espíritu recoge celebrando cada semana al Creador y Redentor de su pueblo." ( CIC 2174- 2176).
Comentario:
El Papa San Juan Pablo II escribe la carta apostólica " Dies domini " en que nos recuerda la importancia de celebrar el domingo como el día del Señor asistiendo a la Eucaristía dominical y posteriormente el papa Benedicto XVI escribe la exhortación apostólica postsinodal " Sacramentum caritatis" sobre la Eucaristía, fuente y culmen de la vida y de la misión de la Iglesia. " En particular, Jesús nos enseña en el sacramento de la Eucaristía la verdad del amor, que es la esencia misma de Dios. Esta es la verdad evangélica que interesa a cada hombre y a todo hombre. Por eso, la Iglesia, cuyo centro vital es la Eucaristía, se compromete constantemente a anunciar a todos ' a tiempo y a destiempo' (2Tm 4, 2) que Dios es amor."
El hombre siempre está en búsqueda de la felicidad y la encuentra cuando encuentra a Cristo " Camino, Verdad y Vida " .